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Mar 05, 2024 72 0 Emmanuel
Encuentro

Hora de cortar la hierba

Cortar la maleza puede ser algo tedioso, ¡pero es un gran ejercicio para alma y cuerpo!

Después de muchas excusas para evitar limpiar mi patio trasero, llegó el momento de enfrentar la realidad de que en verdad ya necesitaba ser despejado. Afortunadamente mi esposo estaba de buen humor para ayudarme; así que juntos, pasamos un día completo de nuestras vacaciones de navidad sacando a nuestros invasores.

Lo que no sabía, era que había un propósito divino en este ejercicio. A medida que comencé a romper el crecimiento de la yaka, con las pocas fuerzas que me quedaron de las reuniones navideñas, me llené de mucha alegría, aunque no fue muy divertido al principio.

Confrontación inevitable

Mientras arrancaba diligentemente a mano las malas hierbas, el entrenamiento me llevó a reflexionar sobre mi salud espiritual. ¿Qué tan saludable espiritualmente he sido?

Experimenté un encuentro con Jesús que me cambió la vida, tuve mi bautismo en el espíritu en el año 2000, he tenido muchos privilegios y oportunidades de humildad para convertirme en una mejor persona, a través de la dirección del Espíritu Santo. Hubo muchos momentos de crecimiento que me desafiaron a trabajar más duro, no tratando de perfeccionarme a mí misma (porque no existe tal cosa como la perfección aquí en la tierra); pero sí, poder acercarme más al camino de la santidad en Dios. Ya era posible hacerlo cada día, siempre y cuando me mantuviera intentándolo. Pero ¿realmente he trabajado duro para lograr este objetivo? La pandemia me había distraído de mi enfoque, ya que me sumergí en el miedo, ansiedad, incertidumbre, el dolor y el duelo por los amigos y la comunidad que perdieron a sus seres queridos, trabajos, propiedades y paz.

Durante la renovación de mi jardín me encontré con hierbas malas de varios tipos. Una maleza es «una planta que causa pérdidas económicas o daños ecológicos, crea problemas de salud para los seres humanos o los animales, o es indeseable en el lugar donde crece».

Uno a uno

Estaba la enredadera de campo, perenne y resistente, a la que se le han dado muchos nombres. Google dice que, lamentablemente, la labranza y el cultivo parecen ayudar a la propagación de la enredadera. El mejor control es la intervención temprana. Las plántulas deben eliminarse antes de que se vuelvan perennes. Después de eso, se forman las plagas y el control exitoso se convierte en una tarea difícil.

“Señor, ¿qué hay en mí que sea como la enredadera? ¿Orgullo, lujuria, mentiras, ofensa, arrogancia o prejuicio?”

Luego está la curandera, una hierba perenne rastrera y persistente que se reproduce por semillas. Sus rizomas largos, articulados y de color pajizo forman una densa estera en el suelo, de la que también pueden surgir nuevos brotes. Se nos recomienda desenterrar esta hierba de rápido crecimiento tan pronto como la veamos en nuestros jardines, asegurándonos de desenterrar toda la planta (incluidas las raíces) y desecharla en nuestro contenedor de basura en lugar de hacerlo en la pila de abono, ya que probablemente ¡seguirá creciendo allí!

“Señor, ¿cuál es mi curandera? ¿Chismes, envidia, malicia, celos, materialismo o pereza?”

La siguiente hierba verdaderamente me disgusta. El cardo canadiense es una maleza perenne agresiva y rastrera de Eurasia. Infesta cultivos, pastos, orillas de zanjas y bordes de carreteras. Si enraíza, los expertos dicen que el mejor control es estresar a la planta obligándola a utilizar los nutrientes almacenados en las raíces. Sin embargo, lo creas o no, ¡esta hierba es comestible!

“Señor, ¿cuál es mi cardo canadiense? ¿Cuáles son los pecados que al final puedo transformar en buenos frutos? ¿Estrés, preocupación, ansiedad, control, exceso de confianza o autosuficiencia?”

Los coquillos son malezas perennes que superficialmente se parecen a los pastos, pero son más gruesas, rígidas y tienen forma de V. La presencia del coquillo a menudo indica que el drenaje del suelo es deficiente o está anegado. Sin embargo, una vez establecido, es muy difícil de controlar.

“Señor, ¿cuáles son mis coquillos?, ¿los hábitos que me muestran que es tiempo de prepararme mejor? ¿La falta de oración, pereza para estudiar tu Palabra, tibieza para compartir la Buena Nueva, falta de compasión y empatía, impaciencia, irritabilidad o falta de gratitud?

Luego, está el plátano alforfón de bajo crecimiento. Con una raíz de pivote larga puede volverse tolerante a la sequía y es difícil de quitar con la mano. Para eliminar esta maleza es necesario arrancar las plantas jóvenes y destruirlas antes de que produzcan semillas. Como último recurso, varios herbicidas son eficaces.

Señor, ¿cuál es mi plátano alforfón, de esos que echan raíces y se niegan a irse cuanto más tiempo se quedan? ¿Conductas adictivas, egoísmo, glotonería, vanidad, endeudamiento o tendencias depresivas y opresivas?

Ah, y éste: ¡no aprendamos a amarlo! —El diente de león con sus cabezas de color amarillo brillante en primavera. Proporcionan una importante fuente de alimento para las abejas a principios de año. Pero con el tiempo, también se apoderarán de tu jardín. Tienen todas las características de la maleza. Quitar los dientes de león tirando a mano o con azadón suele ser inútil a menos que se haga repetidamente durante un largo período de tiempo, debido a su profundo sistema de raíces en forma de pivotes.

“Señor, ¿cuál es mi diente de león?, ¿las raíces entrelazadas que representan los nuevos problemas?, ¿el narcisismo, el pasar demasiado tiempo en las redes sociales, juegos y videos, pensamientos negativos, demasiadas excusas, juegos de culpas, procrastinar o complacer a las personas?”

¿No es doloroso podar?

De hecho, las «malas hierbas» no son intrínsecamente malas. Muchas malezas estabilizan el suelo y agregan materia orgánica. Algunas son comestibles y proporcionan un hábitat y alimento para la vida silvestre. Conocer sobre esto me ha dado mucha esperanza: ahora sé que puedo usar y transformar mis debilidades, malos hábitos, pecaminosidad arraigada y limitaciones, en algo bueno, dándoles un buen uso, pidiendo al Señor su ayuda y sanación, y volverme completamente dependiente de Él para ser podada y usada según su voluntad y para sus propósitos. Sé que el cambio es difícil y que algunos cambios esenciales solo se pueden realizar con la ayuda de Dios.

Si buscamos sinceramente a Dios y pedimos la ayuda del Espíritu Santo que viene a darnos el auxilio prometido, Él conoce las luchas que enfrentamos y nos animará a acudir a Él en busca de la ayuda adicional que necesitamos (Mateo 7,7-8; Hebreos 4,15- 16; 1 Pedro 5,6-7). Dios no hace todo el trabajo por nosotros, pero sí ofrece ayuda para hacernos más eficaces.

Cada día es una oportunidad para comenzar este proceso de regeneración, rejuvenecimiento y renovación. Tomémoslo como un reto y un momento de gratitud. Despojarnos del hombre viejo que pertenece a nuestra antigua manera de vivir y que está corrompido por los deseos engañosos, renovar el espíritu de nuestra mente, y revestirnos del nuevo hombre (Efesios 4,22-22).

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Emmanuel

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