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Ago 06, 2019 1382 0 Connie Beckman, USA
Disfrutar

JESÚS ME LIBERÓ

Durante un retiro de silencio hace varios años, arrodillada en adoración ante mi Señor expuesto en la Eucaristía, y sin pronunciar palabras, sentí un desbordante deseo de abrir mi corazón y entregarle mi alma a Jesús. Las lágrimas comenzaron a brotar sigilosamente, y sentí el impulso de escribir lo que comenzó a
brotar desde lo más profundo de mi corazón:
“Señor, libérame de las cavidades de mi infierno personal. Libérame de la oscuridad que reina en mi alma. Libérame de la esclavitud que me imponen los engaños y trampas del demonio. Libérame, Señor, del temor que se anida en lo más profundo de mi ser y que me impide amarte con total plenitud. Libérame de mi orgullo pecador que embriaga mi ser. Libérame, Señor, de la confianza en mí misma que me mantiene esclavizada a mí. Libérame de mi culpa y vergüenza que me impide quedarme quieta y saber que tú eres Dios. Libérame del odio a mí misma que me impide acoger el amor, la misericordia y el perdón de mi Rey. Libérame, Señor, de las inclinaciones al pecado. Ayúdame, Señor, a permitir que tú seas Dios y que yo sea tu
hija.”
Después de desbordar mi corazón ante mi Señor Jesucristo en la Eucaristía, Él comenzó a hablarme
suavemente en mi corazón con estas palabras tiernas y sanadoras:
“Hija mía: he venido para liberarte de todas tus esclavitudes. Entro en el jardín de tu corazón para
arrancar el pecado del orgullo. Ha sido arrancado de raíz y arrojado al mar. Expulso todo tu temor con mi
amor perfecto. Te baño en mi océano de misericordia y amor que es eterno. Te visto de pureza. Te visto
con la túnica blanca de la salvación. Te llamo a ser mi preciosa hija. Ven y permíteme sostenerte y dejarte
limpia. Tu corazón duro y lleno de pecados lo arrojo a las profundidades del infierno, y te doy un corazón
nuevo. Pongo mi corazón en el tuyo. Eres mi hija y te restauro. Entra al Reino que el Padre ha preparado
para ti. Has quedado limpia, tan blanca como la nieve fresca que cae del cielo. Has quedado limpia por la
Sangre del Cordero. Eres mi hija amada. Eres mi luz para alumbrar al mundo. Camina en mi luz y dirige a
otros hacia mí para que pueda liberarlos.”

"Los rociaré con un agua pura y quedarán purificados; los purificaré de todas sus impurezas y de todos sus inmundos ídolos. Les daré un corazón nuevo y pondré dentro de ustedes un espíritu nuevo. Quitaré de su carne ese corazón de piedra y les daré un corazón de carne." (Ezequiel 36,25-26).

Que estas palabras te brinden consuelo y paz. No importa lo que estés pasando en estos momentos de tu vida: siempre habrá esperanza y sanación. Permite que Jesús entre en el desorden de tu vida. Él sanará tu corazón. Jesús te está esperando.

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Connie Beckman

Connie Beckman is a member of the Catholic Writer’s Guild. She desires to encourage Catholic spiritual growth by sharing the truths of the Catholic faith. Beckman shares her joy and love of God through her writings.

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