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Sep 02, 2021 605 0 Tara K. E. Brelinsky
Comprometer

Una Estrategia de vida

Yo no sabía que una simple excursión en familia me ayudaría a descifrar una estrategia que cambiaría mi vida…

El año pasado, mi hijo quería que visitáramos su campus universitario. A pesar de que ya yo había visto aquel extenso campus universitario y las montañas que lo rodeaban, su padre y sus hermanos no lo habían visitado. Como dueños y administradores de restaurantes, planear un viaje de cinco horas y pasar tiempo fuera de casa presentaba ciertos retos, pero estaba determinada a hacer que sucediera. Como no podíamos pasar más de una noche fuera, le dije a mi hijo que planeara una forma de que aprovecháramos nuestro limitado tiempo de la mejor forma posible. Él escogió hacer una excursión en familia.

Voluntad sobre Habilidad

Admito que a los 49 años, mi cuerpo es más blando que firme. Mi rutina de ejercicios consiste en cargar cestos de ropa sucia, agacharme para recoger calcetines tirados por el piso y libros olvidados, y subir los tres escalones que hay en nuestra casa. Cuando puse mi primera pisada en el camino en el cual realizaríamos la excursión, supe que mi voluntad, no mi habilidad, tendría que impulsarme a continuar.

Rápidamente quedé al final de la cola ya que los demás miembros de mi familia tenían más energía y capacidad pulmonar que yo. Algunas yardas más adelante, mi respiración se hizo dificultosa y superficial, y mis piernas dolían debido a la continua contracción de mis músculos carentes de condiciones físicas. Me di cuenta de que necesitaba una estrategia para poder terminar la excursión.

Decidí dejar de pensar en grande y enfocarme en los detalles. En vez de concentrarme en las tres millas que nos faltaban por recorrer del sendero, puse mis pensamientos en el siguiente paso a tomar. A menudo pensar en una situación me pone ansiosa, pero enfocarme en los detalles ancla mi mente al momento presente. Me decidí a saborear cada observación y no pensar en todas las cosas que podrían salir mal (¿y si mis piernas me fallan? ¿y si me quedo sin aliento? ¿y si no puedo seguir con el resto de mi familia?)

El Mundo que No Vemos

Pronto, mi mente quedó atrapada en la belleza de la creación, y me olvidé de la situación en la que me encontraba. Escuchaba el gentil silbido de la brisa y el ruido de las hojas tras la alegre conversación de mis hijos. Mientras luchaba para mantener el paso y mis pulmones de adaptaron al ejercicio, una corriente cálida recorrió mi piel. El matiz verde de las plantas floreciendo en el suelo de la montaña atrajo mi atención, así como el puzle de enredaderas en el dosel de otoño. Mi mente se abrió a un mundo no conocido sobre mí, bajo mis pies, y a mi alrededor. Pisando la tierra firme, me imaginé los ejércitos de insectos marchando cerca de mis pisadas. Soñé despierta sobre las vidas de las muchas criaturas que habitan en nuestro mundo: los pájaros haciendo nido en los árboles cercanos, los roedores que se escondían bajo tierra, y la gran cantidad de insectos trepando, volando y marchando. Agradecí al Dios bueno por cada criatura y cada pedazo de paisaje magnífico en el que me había puesto esa tarde.

La Estrategia Descubierta

En cierto punto, me detuve para fotografiar un tronco para recordar que aquel árbol que ahora estaba descomponiéndose era parte del plan de Dios para esta montaña. Dentro de un tiempo, ese tronco desaparecería, y su legado sería absorbido por la propia montaña. Mientras enfocaba mi cámara, un arcoíris se estrechó en la imagen, y recordé el pacto entre Dios y la humanidad. Recordé que ese pacto continúa hoy, y le agradecí a Dios por su fidelidad.

Mis pasos se hicieron más llevaderos cuando dejé de contarlos. La travesía se hizo ligera cuando bajé el yugo de mis miedos e invité a Cristo a caminar a mi lado. Cuando la tentación deseaba entrar, yo me acercaba a Jesús. En vez de rechazar el reto o volverme abrumada por él, ofrecí una oración de abandono y confié mi caminar a Su cuidado.

Para empezar el 2021, lo que aprendí de esa excursión en la montaña aun lo estoy descifrando. Mientras el mundo continúa girando hacia el caos, estoy entendiendo el valor del momento presente. Si bien mirar la imagen completa de una situación es importante para establecer metas y la dirección a tomar, nos puede robar la belleza, la paz y el acompañamiento del momento presente.

La Libertad nos espera

Si me hubiera enfocado en lo largo del trayecto y mis capacidades insuficientes, me hubiera perdido la excursión. En vez de hacer eso, descubrí un tesoro lleno de belleza y bendiciones. En vez de obsesionarme con la situación, ahora me enfoco en el momento presente. Abrazar a un ser amado en el sofá, leer un libro en voz alta, servirme una taza de café e inhalar el aroma, o llamar a un amigo y reírnos juntos. Me estoy haciendo más atenta y encontrando formas de poner mi amor en acciones.

Mi simple excursión resultó en una estrategia para mi vida: ser atenta en el momento presente y expresar mi gratitud por las bendiciones que hay en él.

Esta estrategia está haciendo que mi camino sea más llevadero (ya sea escalar una montaña, completar una tarea diaria, cargar una pesada cruz, o vivir en estos tiempos sin precedente en la historia). Vivir el momento presente se ha hecho clave en desbloquear la libertad, una libertad que nadie puede suprimir. Cristo es el momento presente. Busquémoslo donde seguramente Lo vamos a Encontrar.

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Tara K. E. Brelinsky

Tara K. E. Brelinsky is a freelance writer and speaker. She lives with her husband and 8 children in North Carolina. You can read more of her musings and inspirations on Blessings In Brelinskyville blessingsinbrelinskyville.com/ or listen to her podcast The Homeschool Educator.

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