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Jun 03, 2020 1192 0 Antony Thomas
Disfrutar

Una amistad preciada

Alguien una vez le preguntó a un gran hombre el secreto de su éxito. Él respondió “Tuve un amigo que me amaba y tenía fe en mí. Él hizo que mi vida valiera la pena.”

¿Tienes algún amigo así? ¡Lo necesitas!

¿Has olvidado a Dios?

Así como la ráfaga de viento en el primer Pentecostés, el Espíritu Santo se mueve por el mundo inspirando a las personas a levantar el corazón en novenas de oración, pidiendo por las graves necesidades que atravesamos. Imaginarnos esta escena nos recuerda a aquellas personas que despiertan tarde y se apuran a ponerse al tanto de lo que se han perdido mientras dormían. Es una “ráfaga dorada” que acarrea un premio más grande que cualquier tesoro en este mundo.

Sí, necesitamos al Espíritu Santo cada día, no solo cuando tenemos alguna necesidad en especial, o en la Fiesta de Pentecostés o cuando se acerca el sacramento de la Confirmación. A pesar de que muchos tratan al Santo Espíritu como una figura del pasado, Él siempre está moviéndose en nuestro presente, inspirando aliento de vida en los corazones de hombres y mujeres alrededor del mundo.

Nuestro Señor Jesucristo tenía mucho que decir sobre lo esencial que es el Espíritu Santo en nuestra vida diaria.

“Rogaré al Padre, y Él les dará un Consolador, para que permanezca con ustedes para siempre” (Juan 14:16)

En cualquier momento, podemos pedirle al Espíritu Santo que venga en nuestro auxilio, en cualquier circunstancia. Mi esposa me dijo que una tarde se sentía exhausta y desmotivada al ver la cantidad de ropa que tenía que lavar y la multitud de oficios y diligencias que le quedaban por hacer. Cuando la fatiga la sobrecogió, exclamó “Espíritu Santo, ayúdame”. Tan pronto esas palabras dejaron sus labios, sintió el poder de Dios surgir dentro de ella, dándole la vitalidad que necesitaba para completar sus tareas.

Buscando minas de oro

A veces, estamos reacios a pedirle ayuda al Espíritu en asuntos triviales, pensando que el Espíritu Santo solo se preocupa por asuntos espirituales de gran importancia. Pero la verdad es que, cada pequeña parte de nuestras vidas es importante para Dios, y el propósito del Espíritu Santo es darnos la fuerza para cumplir la voluntad de Dios en todo. Nuestros trabajos, nuestros estudios, nuestros pasatiempos y en especial nuestras relaciones interpersonales son importantes para el Reino de Dios. El Espíritu Santo nos une en Su Amor y nos llena de la sabiduría que viene de Dios. Construir una relación con el Espíritu Santo es como cavar en una mina de oro que nunca se acaba.

La esposa de un amigo había luchado por años contra una desagradable enfermedad que afectaba su cuero cabelludo. Había intentado con una gran cantidad de remedios, pero nada parecía servir, y aquella condición médica solo empeoraba. Finalmente, mi amigo le pidió al Espíritu Santo sabiduría, y el buen Señor le reveló los nombres de las yerbas que podían aliviar la condición de su esposa. Las consiguió, investigó sobre ellas y consultó con un botánico. Cuando usó aquellas yerbas para hacer un remedio, su esposa se liberó completamente de aquella condición luego de algunos días de uso. Cuando lo compartió con sus amigos y allegados, ellos también se curaron de los problemas cutáneos que tenían. Mi amigo comenzó a producir este remedio y se convirtió en su modo de ganarse la vida, y continúa prosperando y ayudando a muchas otras personas, todo gracias a la sabiduría que viene del Santo Espíritu.

Siguiendo la inspiración

Santa Faustina supo que la ruta más corta para crecer en santidad es seguir la inspiración del Espíritu Santo. Ella escribió “Estoy esforzándome lo más que puedo para ser fiel, a lo largo del día, al Espíritu Santo y cumplir con lo que pide de mí”

El Espíritu Santo siempre está disponible para guiarnos, ayudarnos y protegernos. Hace unos días, necesitaba urgentemente un documento, pero no podía encontrarlo. Lo busqué en muchos lugares sin éxito, hasta que le pedí al Espíritu Santo que me revelara dónde estaba. Tan pronto dije esta oración, visualicé un estante en mi mente. Busqué hacia la izquierda de ese estante, y encontré el documento allí.

La Palabra de Dios nos recuerda que “El ladrón viene solo para robar, matar y destruir; Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia” (Juan 10:10) y que debemos “Guardar el buen tesoro que te he encomendado, con la ayuda del Espíritu Santo que vive en nosotros” (2 Timoteo 1:14). Nuestra fe es el tesoro más importante que Dios nos ha dado. La guardamos junto con otras muchas gracias que Él nos ha concedido, compartiendolas bajo la inspiración del Espíritu Santo.

Cuando el Espíritu Santo viene a nosotros, todo lo que le pertenece se vuelve nuestro—Su paz, Su alegría, Su bondad.

Ahora que nos acercamos al día de Pentecostés este año, oremos que nuestra amistad con el Espíritu Santo durante todo el año, para que Él nos renueve y nos fortalezca para enfrentar los retos de cada día.

Inspírame, Espíritu Santo, para que mis pensamientos sean santos.

Muévete en mí, Espíritu Santo, para que mi trabajo también sea santo.

Atráeme, Espíritu Santo, para que solo ame lo que es santo.

Fortaléceme, Espíritu Santo, para que pueda defender lo que es santo.

Protégeme, Espíritu Santo, para que yo pueda siempre ser santo.

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Antony Thomas

Antony Thomas is a retreat preacher and was part of the intercession ministry of Divine Retreat Centre for 18 years. He has written several books on the Holy Spirit and currently resides at Chalakudy, Kerala, with his wife Amala. www.antonythomas.in.

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