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Jul 12, 2024 7 0 EL PADRE JOSEPH GILL, EUA
Evangelizar

¿Está Jesús realmente presente en el Santísimo Sacramento?

P – Mis muchos amigos cristianos celebran la «comunión» todos los domingos, y argumentan que la presencia eucarística de Cristo es sólo espiritual. Yo creo que Cristo está presente en la Eucaristía, pero ¿hay algún modo de explicárselos?

R – En efecto, es una pretensión increíble decir que, en cada misa, un trocito de pan y un pequeño cáliz de vino se convierten en la misma carne y la misma sangre de Dios. No es un signo o un símbolo, sino verdaderamente el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Jesús. ¿Cómo podemos afirmar esto? 

Hay tres razones por las que creemos esto.

En primer lugar, Jesucristo mismo lo dijo. En el Evangelio de Juan, capítulo 6, Jesús dice: «En verdad, en verdad les digo que si no comen la carne del Hijo del hombre y beben su sangre, no tendrán vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tendrá vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él». Siempre que Jesús dice: «En verdad, en verdad les digo…», es señal de que lo que va a decir es completamente literal. Además, Jesús usa la palabra griega trogon” que se traduce como «comer» -pero realmente significa «masticar, roer o rasgar con los dientes». Es un verbo muy gráfico que sólo puede usarse literalmente. Además, considera la reacción de sus oyentes… ¡se alejaron! En Juan 6 dice: «Como resultado de esta [enseñanza], muchos de sus discípulos volvieron a su antigua forma de vida y ya no le acompañaron”. ¿Les persigue Jesús?, ¿les dice que han entendido mal? No, les permite que se vayan, ¡porque Él iba en serio con esta enseñanza de que la Eucaristía es verdaderamente su carne y su sangre!

En segundo lugar, creemos porque la Iglesia siempre lo ha enseñado desde sus primeros días. Una vez pregunté a un sacerdote por qué no se mencionaba la Eucaristía en el credo que profesamos cada domingo, y me contestó que era porque nadie discutía su presencia real, ¡así que no era necesario definirla oficialmente! Muchos de los padres de la Iglesia escribieron sobre la Eucaristía; por ejemplo, San Justino Mártir, alrededor del año 150 d.C., escribió estas palabras: «Porque no los recibimos como pan y bebida comunes, sino que se nos ha enseñado que el alimento que es bendecido por la oración de su palabra, y del que se nutren nuestra sangre y nuestra carne, es la carne y la sangre de aquel Jesús que se hizo carne». Todos los Padres de la Iglesia están de acuerdo: la Eucaristía es verdaderamente su carne y su sangre.

Por último, nuestra fe se ve reforzada por los numerosos milagros eucarísticos de la historia de la Iglesia: más de 150 milagros documentados oficialmente. Tal vez el más famoso ocurrió en Lanciano, Italia, en el año 800, cuando un sacerdote que dudaba de la presencia de Cristo se sorprendió al ver que la Hostia se convertía en carne visible, mientras que el vino se convertía también en sangre visible. Pruebas científicas posteriores descubrieron que la Hostia era carne de corazón de un humano varón, sangre tipo AB (muy común entre los hombres judíos). La carne del corazón había sido muy golpeada y magullada. La sangre se había coagulado en cinco grumos, simbolizando las cinco heridas de Cristo, y milagrosamente ¡el peso de uno de los grumos es igual al peso de los cinco juntos! Los científicos no pueden explicar cómo esta carne y esta sangre han durado mil doscientos años, lo que constituye un milagro inexplicable en sí mismo.

Pero, ¿cómo podemos explicar en que forma ocurre esto? Distinguimos entre accidentes (el aspecto de algo, su olor, su sabor, etc.) y sustancia (lo que algo es en realidad). Cuando era pequeño, estaba en casa de una amiga y, cuando salió de la habitación, vi una galleta en un plato. Tenía un aspecto delicioso, olía a vainilla, así que le di un mordisco… ¡y era jabón! Me decepcionó mucho, pero me enseñó que mis sentidos no siempre pueden descifrar lo que algo es en realidad.

En la Eucaristía, la sustancia del pan y el vino se transforma en la sustancia del cuerpo y la sangre de Cristo (un proceso conocido como transubstanciación), mientras que los accidentes (el sabor, el olor, el aspecto) siguen siendo los mismos.

En efecto, se necesita fe para reconocer que Jesús está verdaderamente presente, ya que no puede ser percibido por nuestros sentidos, ni es algo que podamos deducir con nuestra lógica y razón. Pero si Jesucristo es Dios y no puede mentir, estoy dispuesto a creer que no es un signo o un símbolo, sino que está verdaderamente presente en el Santísimo Sacramento.

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EL PADRE JOSEPH GILL

EL PADRE JOSEPH GILL es capellán de escuela secundaria y sirve en el ministerio parroquial. Se graduó en la Universidad Franciscana de Steubenville y en el Seminario Mount Saint Mary. El padre Gill ha publicado varios álbumes de música rock cristiana (disponibles en iTunes). Su primera novela, Days of Grace, está disponible en amazon.com.

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