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¿Quieres ser la mejor versión de ti? ¡Da el primer paso!
Eslabón perdido
Mi testimonio no se trata de una poderosa conversión, un evento que cambió mi vida o una sanación milagrosa. Es un camino de pequeños pasos. Una jornada en la cual continuamente me tropezaba y caía, pero Dios siempre me levantaba y caminaba conmigo. Yo nací y crecí siendo católica. Sin embargo, como muchas personas podrían atestiguar, esto no siempre es suficiente. Participaba de los sacramentos e iba a la Iglesia regularmente, pero me faltaba una relación personal con Jesús.
Durante mi tiempo en la universidad, yo buscaba consuelo en Dios cada vez que me encontraba con dificultades. Él siempre estaba allí para mí, pero yo no siempre estaba para Él. Había puesto a Dios en un rincón, y sólo acudía a Él cuando lo necesitaba. Él ciertamente era parte de mi vida, ya que yo seguía yendo a la Iglesia los domingos y oraba con frecuencia, pero no era parte central de mi vida. Mis propios intereses y deseos gobernaban mi mente. Realmente nunca me detuve para considerar cuál era la Voluntad de Dios.
Seis meses antes de mi graduación, mi mundo se puso de cabeza. Pasé por una fuerte depresión, y por mucho tiempo solo vi oscuridad. La desesperación y la desesperanza son difíciles de explicar con palabras, pero pienso que muchos de ustedes que están leyendo esto las han sentido en algún momento. Cuando atravesamos dificultades, acudimos a otros. Acudimos a Dios y nos refugiamos en Él, o huimos de Él cegados por la rabia.
Tristemente yo me aleje de Él. No podía entender por qué Dios me hacía pasar por algo tan horrendo si Él me amaba. Durante la mayor parte de ese año, me aislé completamente. Dejé de asistir a la Iglesia. Dejé de ir a cualquier parte en absoluto. Estuve atrapada sintiéndome avergonzada e inútil. Mi mente estaba invadida por pensamientos tales como ‘eres una carga’ y ‘todos estarían mucho mejor sin ti’. Mi mente era como una prisión de la cual no me podía escapar.
Afortunadamente ese no era el fin de la historia. Uno de mis versículos favoritos de la Biblia es Romanos 8:28. “Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito”. Esto nos asegura que, pase lo que pase en nuestra vida, Dios lo resolverá para nuestro bien. También, amorosamente nos recuerda que hemos sido elegidos por Él y que Él tiene un propósito para nosotros. Esto se hizo evidente en mi vida cuando regresé a la fe con la ayuda de varias personas e incidentes que Dios seguramente puso en mi camino.
Pequeños Pasos.
Ahora yo era diferente. Asistía a Misa diaria y retiros mientras verdaderamente buscaba el amor de Dios. Sin embargo, la lucha con mi salud mental se seguía repitiendo. No progresaba ni me recuperaba, así que mi futuro se veía desolado. Constantemente estaba harta de la vida. La esperanza y la paz que Jesús prometió parecían ser muy lejanas. Como mencioné anteriormente, no hubo un momento mágico en el cual las cosas mejoraron para mí, como me hubiese gustado que ocurriera. Tuve que esperar el tiempo de Dios. Sin embargo, algunos pequeños pasos me ayudaron a avanzar hacia un estado más positivo.
Mi familia es mi más grande bendición. Ellos estuvieron a mi lado durante los momentos más oscuros, y estoy realmente agradecida con Dios por ellos. Hace aproximadamente un año que comenzamos a leer la Biblia por 30 minutos cada día, algo que aún seguimos haciendo. Aunque puede ser arduo, sobre todo cavando un poco en el Antiguo Testamento, definitivamente vale la pena perseverar. Cuando apreciamos que la Biblia es la Palabra Viva de Dios, nos damos cuenta de que hay una respuesta para todo.
«El objetivo de Satanás es entrar en tu mente y sus armas son las mentiras. Así que llena tu mente con la palabra de Dios» – Greg Locke.
Esta frase pone énfasis en cómo el Diablo usa mentiras contra nosotros como armas. Mis batallas eran principalmente en mi mente y me sentía atrapada. Luchaba con muchos pecados que seguían apareciendo una y otra vez. El demonio me decía que yo no era amada, que no valía y que estaba rota, cuando de hecho soy una hija amada de Dios. Hay algunas afirmaciones que la palabra de Dios nos da a cada uno de nosotros:
“Yo soy hechura de Dios, creado en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las ponga en práctica.” (Efesios 2:10)
“El Espíritu que está en mí es más poderoso que el que está en el mundo.” (1 Juan 4:4)
“Pero yo soy linaje escogido para proclamar las obras maravillosas de aquel que me llamó de las tinieblas a su luz admirable.” (1 Pedro 2:9)
Amor Perfecto
Una de mis cosas favoritas de la fe Católica es el Sacramento de la Penitencia (reconciliación). El poder ir a la confesión y desahogarle mi corazón a Jesús ha sido de gran valor. El recibir Su perdón nos libera de la culpa y la vergüenza a la cual el diablo nos condena. El Espíritu Santo nos ayuda a darnos cuando estamos en el camino equivocado y necesitamos arrepentirnos y volvernos hacia Dios. Mientras nosotros hagamos esto, no hay nada de qué preocuparnos, aunque tengamos que recorrer este camino una y otra vez. Entre más nos hayamos alejado de Dios, más alegre se pone cuando regresamos, así como el padre celebró cuando regresó el hijo pródigo.
Me tomó un tiempo darme cuenta de esto y todavía no lo he comprendido por completo; No necesito hacer absolutamente nada para ganarme el amor de Dios. Es un regalo incondicional que Él derrama sobre nosotros. Su amor no depende de mí ni de mis imperfecciones. Depende de Su naturaleza, la cual es amorosa y misericordiosa. Aun en nuestros momentos más obscuros, esto nos da esperanza. En el libro del profeta Oseas, Dios proclama que Él transformará “el valle de la Desgracia en el paso de la Esperanza” (Oseas 2:15). Esto representa maravillosamente lo que sucedió en mi vida. A través de su amor, Dios transformó mis problemas en una oportunidad para tener esperanza y compartir esa esperanza con ustedes.
Paso a Paso
En retrospectiva, mi dolor me llevó a acercarme a Dios. Él es el único que ha estado realmente allí para mí en todo momento. Él no es solo el Dios majestuoso y todopoderoso, Él es mi consolador y amigo. He aprendido a aceptar más la voluntad de Dios y Su tiempo. Mi vida definitivamente no salió como lo planeaba, lo cual es bueno porque los caminos de Dios son más altos que mis caminos. “Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos,’ afirma el Señor. ‘Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!’” (Isaias 55:8-9).
Muchos pequeños factores contribuyeron con el tiempo al aumento de mi fe. Me llevó a una apreciación y comprensión de Dios más profundas. También creo verdaderamente que el poder de la oración me ha ayudado a sobrevivir a los múltiples desafíos de la vida. Humildemente les pido que me mantengan en sus oraciones y que todos adoptemos una mentalidad de orar el uno por el otro. Como muestra mi testimonio, no necesariamente tenemos que hacer cosas ‘grandes’ para acercarnos a Dios. Todo lo que necesitamos es dar pequeños pasos. Espero que hoy sean capaces de dar un pequeño paso hacia Dios. Él los espera con amor, con los brazos abiertos.
Querido Dios, creo y espero firmemente en ti. Cada día me levanto para dar un paso más hacia ti. Todo lo que pido es la gracia de conocerte y amarte. Permíteme estar envuelta en tus brazos amorosos. Amén.
'¿Tomas represalias con insultos cuando la gente te lastima?
¡Qué tal si les devolvemos con una bendición!
Las historias de La Biblia siempre me han fascinado. Este incidente en la vida del Rey David tuvo un gran impacto en mi vida (2 Samuel 16: 5-13).
Acompañado por sus soldados, David huía por su vida de su hijo Absalón, quien intentaba usurpar su trono. Se encontró con un hombre llamado Shimei (un miembro del mismo clan que Saúl, el rey anterior). Shimei maldijo y lanzó insultos al rey David. Los hombres de David se indignaron y pidieron permiso para decapitar a Shimei por este ultraje.
La respuesta de David es muy inspiradora. “¿Qué asunto es mío o tuyo … que él maldice? Supongamos que el SEÑOR le ha dicho a él que maldiga a David; Entonces, ¿quién se atreverá a decir: «¿Por qué haces esto?» «David también dijo a sus siervos:» Quizás el Señor mirará mi aflicción y me pagará con bien por las maldiciones que está pronunciando este día «.
Este legendario rey tenía el poder de deshacerse de Shimei en un instante pronunciando solo una palabra. En cambio, eligió tener una visión a largo plazo y considerar el incidente desde el marco de referencia de Dios. Sabía que nada en su vida, ni siquiera lo más pequeño, sucede sin el conocimiento y permiso de Dios. En lugar de tomar los insultos de Shimei personalmente y responder con ira, David vio este evento como una oportunidad para que Dios trabajara en su vida.
Todos podríamos aprender de esta hermosa historia. Cuando nos encontramos con situaciones desagradables, tendemos a ser hostiles hacia las personas que los causan, lo cual puede agravar el problema y causar más problemas. Sin embargo, si miramos desde la perspectiva de Dios y respondemos como David, podría haber un resultado más feliz. No significa que nunca nos lastimemos ni nos molestemos por la crueldad o la incomprensión, pero cuando adoptamos la actitud de David, podemos reaccionar con más gracia. Dios puede convertir cualquier situación negativa en nuestras vidas en algo hermoso si se lo permitimos.
Las situaciones difíciles y desafiantes que ocurren en nuestras vidas son una gran oportunidad para reconocer nuestras fortalezas y debilidades. Cuando todo en mi vida va muy bien, puedo parecer muy paciente y amable, pero en el momento en que una persona se comporta con dureza hacia mí, mi reacción me muestra cuánta gracia necesito en esta área.
Nuestro propósito principal en la vida es ser santos. Como dice el Papa Francisco: «No temas a la santidad. No te quitará nada de tu energía, vitalidad o alegría». Cuando Dios permita que suceda una situación dolorosa y difícil en su vida, permite que te santifique. En lugar de reciprocar con petulancia, usa este incidente como una oportunidad para el crecimiento espiritual.
Señor Todopoderoso, me has cuidado gentilmente en cada momento de mi vida. Incluso cuando estoy acosado por problemas, sé que me sostienes con seguridad en la palma de tu mano. Ayúdame a confiar en ti en cada adversidad y reaccionar con gentileza y amabilidad. Amén.
'¡Mientras estén viajando juntos, nada es imposible para ustedes!
Sor Lucía Dos Santos, la visionaria mayor de los tres niños en
Fátima, compartió una predicción preocupante antes de su muerte en el 2005. En una carta al Arzobispo Carlo Caffarra (ahora cardenal), ella escribió:
«La batalla final entre el Señor y el reino de Satanás será sobre
El matrimonio y la familia».
También escribió que aquellos que trabajan para «la santidad del Matrimonio y de la Familia” siempre enfrentarían una intensa oposición porque sería «la cuestión decisiva” en esta gran batalla.
Entre los que han estado a la vanguardia de esta batalla hay un humilde esposo y padre de Michigan que ahora está en camino a la beatificación. Irving «Francis» Houle fue un esposo devoto, un padre amoroso para cinco niños y se dedicó al servicio de Dios como Caballero de Colón de cuarto Grado. En sus últimos años, se convirtió en el primer hombre y padre casado para soportar los estigmas.
Desde los 67 años sufrió una experiencia de la crucifixión todas las noches entre las 12 a.m. y las 3 a.m. Dijo que ofreció este dolor insoportable, para aquellos que fueron tentados a cometer pecados de carne durante ese tiempo. A veces los podía ver. La mayoría tenían entre 25 y 40 años: la edad en que la mayoría de las personas se convierten en padres.
El ataque contra el matrimonio y la familia es generalizado y ha dejado a muchos confundidos y deprimidos. Ahora se enseña a los jóvenes a aceptar y celebrar las distorsiones del hermoso plan de Dios para la vida humana y la familia. Sin embargo, la mayor arma que Satanás está usando para atacar a las familias es pornografía, porque está oculta como un cáncer mortal que destruye matrimonios y almas.
Incluso los hombres y mujeres cristianos que practican su fe no se libran de esta tentación particular.
Las familias fuertes pueden tener un impacto tremendo, porque son el pilar y la base de la sociedad. Entonces, nuestro antiguo enemigo, el diablo, está trabajando duro para derribar a las familias, con la esperanza de que toda la sociedad se derrumbe a medida que aumente el colapso familiar.
Ahora es el momento de fortalecer a las familias, especialmente a los padres, que ya no comprenden la profunda importancia de su papel en el hogar. Necesitamos fortalecerlos con nuestra oración, ofrendas y apoyo para que los padres puedan confiar en la promesa de Dios de sostenernos. Tal vez sea hora de tragar orgullo y reconciliarse con su cónyuge, o de discernir el crecimiento de su familia. Todos estamos llamados a una mayor fidelidad a nuestras vocaciones y a buscar sinceramente la santidad.
Sé que es probable que nunca tenga los estigmas como Houle, pero mi esposo y yo definitivamente tenemos el estigma de tener 13 hijos. Son manifestaciones físicas de nuestro amor mutuo y nuestro «Sí» a la vida, una decisión decididamente contracultural en medio de la cultura de la Muerte. Elegirnos el uno al otro y abrazar los sacrificios que conlleva criar niños (desde un bebé pequeño hasta un adolescente alto) es nuestra batalla diaria. Incluso ahora, estoy tratando de recordar la última vez que tuve más de 5 horas de sueño ininterrumpido, pero estoy feliz de agregar esto al montón de ofrendas que se utilizarán para derrotar a nuestro enemigo común.
También me siento honrada por este hombre en el camino hacia la santidad que sacrificó su sueño y comodidad por cientos de personas que nunca ha conocido. Necesitaremos su intercesión por las familias a medida que se desarrolle la batalla final.
Aprovecho las palabras finales de la Hermana Lucía, donde nos pide que no temamos el ataque de Satanás, porque «sin embargo, Nuestra Señora ya le ha aplastado la cabeza». Entonces, aunque se siente como una batalla cuesta arriba, sabemos quién tendrá la victoria final.
'Mientras el coronavirus arrasa un planeta que no le es inmune, las personas están confinadas en sus hogares, hay muchos sueños interrumpidos, planes y proyectos sin cumplir, mercados y vidas sociales disrumpidas, lugares de culto cerrados y reuniones restringidas, todo parece haberse vuelto miserable. Sin embargo, este villano, que aún está sembrando semillas de muerte, nos da una oportunidad para reflexionar en lo vulnerable que somos y nuestra necesidad de buscar al Señor para construir solidaridad entre todos. Es momento de resetear nuestras metas para vivir una mejor vida, con la esperanza de un futuro glorioso. Si somos prudentes, debemos poner toda nuestra confianza en el Señor y reflexionar sobre todas nuestras limitaciones.
Los discípulos quedaron traumatizados por el arresto y crucifixión de su maestro. Fueron sorprendidos por Su aparición luego de la Resurrección y Su mandamiento a prepararse para la venida del Espíritu Santo. Mientras esperaban esta venida, se mantenían confinados para evitar que los arrestaran. Oraban pidiendo el poder para enfrentar el reto que Dios les había dado—ir a hacer discípulos en todas las naciones. Los aterrados apóstoles se transformaron en predicadores y evangelizadores cuando fueron ungidos con el poder del Espíritu Santo. En este tiempo de dificultad, pídele al Espíritu Santo que te transforme. Con el poder del Espíritu Santo, tú también puedes cambiar la faz de la Tierra y hacer discípulos de todas las naciones, empezando ahora contigo mismo y las personas que viven contigo en tu hogar.
Cuando Alfred Nobel inventó un explosivo poderoso pero estable, le pidió a un amigo que le ayudara a ponerle nombre. Este amigo, un académico griego, lo dirigió hacia este pasaje de la Biblia “Recibirán poder cuando el Espíritu Santo vendrá sobre ustedes; y ustedes serán mis testigos en Jerusalém, en toda Judea y Samaria y en todos los confines de la tierra” (Actos 1:8) El vocablo griego para la palabra ´poder´ es dunamis, así que le llamó dinamita.
Tú también podrías decir: “Recibiré poder, como la dinamita, cuando el Espíritu Santo venga sobre mí” Cuando te sientas triste y vacío, ora al Espíritu Santo. El Espíritu Santo, a quien recibiste en tu Bautismo y Confirmación, es como un gigante que duerme en tu interior. En el Antiguo Testamento, solo algunas personas fueron elegidas para recibir el regalo del Espíritu Santo. Pero el profeta Joel recibió este mensaje del Señor: “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.” (Joel 2:28), prediciendo que el regalo del Espíritu Santo se haría disponible para todo el mundo. No entierres este valioso regalo. Llama al Espíritu Santo cada día.
El Espíritu Santo es mucho más contagioso que cualquier virus en este mundo. La humanidad, a todo lo largo del planeta, está encerrada, pero no sin un propósito. Necesitas permitirle al Espíritu Santo que entre en tu vida. Tengamos esperanza en que Él rehará este mundo, para que pueda permanecer en nuestros pensamientos, nuestra imaginación y nuestra filosofía en nuestra vida diaria.
Oración:
Inspírame, Espíritu Santo, para que mis pensamientos sean santos.
Muévete en mí, Espíritu Santo, para que mi trabajo también sea santo.
Atrae a mi corazón, Espíritu Santo, para que solo ame lo que es santo.
Fortaléceme, Espíritu Santo, para que pueda defender lo que es santo.
Protégeme, Espíritu Santo, para que yo pueda siempre ser santo. Amén
-San Agustín-
'P – A veces me pregunto si estoy haciendo lo suficiente por Dios. Rezo y trato de seguir los Diez Mandamientos, pero ¿estoy haciendo lo suficiente para complacerlo?
R – Aquí hay buenas noticias para ti. ¡Nunca tenemos que preocuparnos por ganar el amor de Dios o su deleite!
Mi hermana recientemente tuvo su segundo hijo, mi sobrino, Felix. Es un bebé adorable, pero como la mayoría de los recién nacidos, no hace mucho. Él solo duerme, come y llora con, quizás, una sonrisa de vez en cuando. No puede hacer mucho por su mamá. Nunca le dijo: «Te amo», ni le regaló una tarjeta del Día de la Madre, ni le lavo los platos. (¡Por el contrario, generalmente hace líos!)
¿Pero sabes que? ¡Mi hermana está loca por él! Ella lo ama incondicionalmente. Es hermoso ver cuán tierna es con su hijo, cómo sacrifica tanto por él sin pedir nada a cambio. Ella constantemente le dice cuánto lo ama, lo lindo y tierno que es y lo encantada que está con él.
¿Por qué? ¿Por qué ama a esta pequeña criatura que nunca hizo nada por ella? Porque él es su hijo, ¡por eso! No es necesario que haya otra razón. Ella lo ama simplemente porque él le pertenece. El es su creación. El es su hijo.
¡Dios siente lo mismo por cada uno de nosotros! Él es un buen padre, y nosotros somos sus hijos e hijas. Incluso cuando eras solo una célula dentro del útero de tu madre, Él aún te conocía personalmente y se deleitaba en ti. Incluso cuando arruinas tu vida, Él todavía te llama tiernamente para que te vuelvas a Él.
Este deseo en tu corazón de «hacer más por Dios» es bueno, pero debes darte cuenta de que lo que haces por Dios es simplemente una respuesta amorosa de gratitud por el amor infinito que Él te ha otorgado. Debes desear dar más, hasta el punto de darle todo, hasta el último pedazo de tu vida, a Él. Devuélveselo todo porque Él te lo dio todo.
San Bernardo de Claraval dijo: «Donde todo se da, no falta nada». Cuando traes a Jesús lo poco que tienes y lo pones en sus brazos, Él lo transforma en un regalo glorioso. Entonces, ¿qué más puedes hacer por Él? En primer lugar, haga sus tareas diarias con más amor y devoción. Mientras lava los platos, hágalos por amor a Dios, como si estuviera sirviendo a Cristo mismo. Cuando aspires el piso, no lo veas simplemente como otra tarea. Hágalo porque Él es el Invitado invisible en cada hogar. Cuando vayas al trabajo o la escuela, «hazlo todo para la gloria de Dios» (1 Corintios 10:31). Dios ya te ha dado el regalo que debes ofrecerle con amor: tu vida.
Una buena forma de hacerlo es a través de la Ofrenda de la Mañana, una oración que le ofrece todo en su día. Desde lo más profundo de tu corazón, pídele que more dentro de ti siempre, para que puedas cumplir bien tus deberes diarios. Al igual que el bebé, pide ayuda y atención con frecuencia durante todo el día, recuerde enviar sus oraciones a Dios, que siempre escuchará atentamente.
Ofrenda de la Mañana
Oh Jesús, a través del corazón más puro de María, te ofrezco todas mis oraciones, obras, alegrías y sufrimientos de este día, por todas las intenciones de Tu Divino Corazón en adoración, reparación, acción de gracias y petición. Oh, mi Jesús, deseo hoy ganar toda indulgencia y mérito que pueda para las Almas Santas en el Purgatorio. Amén
'¿Has escuchado del sistema operativo Linux de código abierto conocido como Ubuntu? Lanzado en el 2014, es ahora uno de los sistemas operativos más usados en el planeta. Ubuntu es ampliamente usado en las supercomputadoras las rápidas del mundo, funciona en la mayoría de los servidores de web alrededor del mundo, ¡incluso está detrás de la tecnología usada por los vehículos sin conductor de Google!
¿Sabes lo que “Ubuntu” realmente significa?
La historia dice que un antropólogo una vez les propuso un juego a una ninos de una tribu Africana. Él colocó una canasta de dulces cerca de un árbol, y le pidió a los niños que se pararan a unos cien pies de distancia. El primero en alcanzar la canasta obtendría todos los dulces.
Cuando dijo “en sus marcas, listos … fuera,” ¿sabes lo que hicieron los pequeños niños?
Se tomaron todos de las manos y corrieron juntos hacia el árbol, se repartieron los dulces y los disfrutaron juntos.
Cuando el antropólogo les pregunto por qué habían hecho eso, ellos dijeron “Ubuntu” — lo cual para ellos significa “¿Cómo puede uno estar feliz cuando los demás están tristes?”
Resulta que la palabra “Ubuntu” representa una ideología étnica Sudafricana, la cual se enfoca en las alianzas y relaciones interpersonales que tienen. La palabra viene de los idiomas Zulú y Xhosa, y es considerada como uno de los principios fundamentales de la nueva república de Sudáfrica.
Una traducción aproximada de este principio es “una creencia en la unión universal del compartir que conecta a toda la humanidad.” Interesantemente, el logo de Ubuntu representa a tres amigos tomados de las manos.
Llevemos siempre esta actitud de “Ubuntu” dentro de nosotros, para dispersar la felicidad al compartir con los demás dondequiera que vayamos. Yo Soy porque nosotros somos.
“Mantengan la alegría de amar a Dios en sus corazones, y compartanla con todos los que conozcan, especialmente con su familia.” —Santa Teresa de Calcuta.
'John Pridmore nació en Walthamstow, al este de Londres. A la edad de 13 años, comenzó a robar, y para la edad de 15 años él fue puesto en un centro de detención (reclusorio juvenil). A los 19, el fue puesto en la prisión otra vez y, debido a su mal comportamiento, fue puesto en confinamiento solitario.
Estar en confinamiento solitario fue como tener un espejo puesto frente a ti. Yo odiaba lo que veía, así que me odiaba a mi mismo y a la manera en que estaba viviendo mi vida.
Yo fui bautizado Católico, pero no crecí como Católico, así que nunca fui a la iglesia o a la escuela Católica. Mis padres eran muy amorosos conmigo, pero comenzaron a discutir mucho. Cuando tenía 10 años, me pidieron que escogiera con cuál de ellos iba a vivir, porque se iban a divorciar. Las dos personas en quienes yo más confiaba en este mundo me acababan de aplastar. Realmente pensaba que yo no era amado, así que, en ese mismo momento, tomé una decisión inconscientemente: ya no volvería a amar. Yo pensaba que si no amaba no sería lastimado. Realmente creo que su divorcio me llevó a tomar muchas decisiones muy malas en mi vida.
Me volvi muy feo amargado, y siempre peleaba y perdía mi temperamento, lo cual yo creo que era un síntoma de ese divorcio. Mi mamá me visitaba en la escuela en secreto, y cuando mi padre se enteró de eso, tuvo una enorme pelea con ella en frente de mí. En ese instante, me sentí completamente no amado, y le cerré mi corazón a todos. La iglesia enseña que el divorcio está mal, y yo creo que mi comportamiento fue el fruto de eso. Cuando los padres se divorcian, tu vida realmente se destruye.
Llenando el Espacio Vacío
Comencé a salir a los clubs en los extremos este y oeste de Londres. ¡Me gustaba pelear, y pensé que sería mejor que me pagaran por hacerlo! Conocí unos muchachos que parecían tener lo mejor de todo. Tenían poder y respeto, por las razones equivocadas, pero yo deseaba ese respeto, así que comencé a vender drogas para ellos. En poco tiempo, ya no estaba trabajando para ellos, sino que con ellos. Estos eran los muchachos que dirigian la mayor parte del crimen organizado en Londres. Cuando yo tenía 20 años, estaba ganando entre 20,000 y 30,000 libras al mes.
Era increíble el dinero, pero también lo era el vacío. Trate de llenar ese vacío con lo que el mundo me ofrecía. Yo consumía cocaína, fumaba droga, y tomaba mucho. También era muy promiscuo: con frecuencia despertaba con chicas cuyos nombres yo desconocía. Entre más promiscuo me volvía y más droga consumía, me sentía más dominado por mi vacío. Aunque muchos me veían como un hombre duro, por dentro era un hombre con miedo: miedo de ser rechazado por lo que yo realmente era. Yo no le confiaba mis sentimientos a nadie, porque tenía miedo de ser rechazado.
Estaba trabajando en un club del cual éramos parcialmente dueños al extremo oeste de Londres, cuando golpie a un hombre con mis puño, solo para impresionar a unos de los jefes de pandillas. Lo vi tirado en el piso, y pensé que lo había matado. ¡Lo que más me asustó es que en realidad eso no me importaba! Me había convertido en una persona que podía matar y sin que me importara. Cuando yo era un niño, si me importaba: yo quería ayudar a las personas y mejorar al mundo. Pero aquí estaba yo, lastimando a las personas a mi alrededor. Yo nunca desperté y me dije “Hoy voy a ser malo.” Fue un proceso lento de decirle NO a todo lo bueno y SI a todo lo malo.
Cuando Dios Me Habló
Después de casi quitarle la vida a ese hombre, algo increíble sucedió. Una tarde normal, me di cuenta de una voz que me hablaba, y yo sabía que era la voz de Dios. Él me decía todas la cosas horrendas que yo había hecho. Sentí que me estaba muriendo en ese momento y que iría al infierno. Lloré y supliqué por otra oportunidad, no porque estuviera arrepentido, sino porque no quería ir al infierno. De repente, me sentí elevado, y oré por primera vez en mi vida: “Hasta ahora to lo que he hecho es quitarte, pero ahora quiero dar.” Mientras yo decía esto en oración, mi vacío interior fue llenado por el Espíritu Santo y el sentido del amor de Dios en mi vida.
Mi mamá era la única persona con fe que yo conocía. Yo casi no la visitaba, pero en ocasiones le daba un regalo caro cuando me sentía culpable. Cuando le dije que había escuchado a la voz de Dios hablarme, las lágrimas rodaron por su cara mientras ella me confesaba que había estado orando por mi cada dia de mi vida. Mi padrastro me regaló mi primera Biblia. Cuando la abrí, mi mirada fue puesta en la historia del hijo pródigo. Me di cuenta de que yo era como él–con hambre de ser amado.
Cara a Cara con Dios
Después, me invitaron a un retiro con unos 250 jóvenes. Algunos de estos jóvenes tenían un jozo que yo nunca antes había visto. Algunos de ellos venían y me abrazaban, lo cual me impactó mucho. Como pandillero, nunca había sido tocado por el amor. Un Sacerdote dio una plática, “Entregame Tu Corazón Herido,” acerca de cómo cada pecado que cometemos es como una herida en nuestro corazón. Mientras miraba al crucifijo, me llene de un dolor real por mis pecados. ¡El gozo agobiante era mucho más que ese dolor! Sentí que Jesús me estaba diciendo “¡John, yo te amo tanto que volvería hacer esto por ti una y otra vez!” Comencé a llorar por primera vez desde que mis padres se divorciaron cuando yo tenía 10 años.
Entonces, escuche un susurro en mi corazón que me insistió a que fuera a la confesión. Nunca había ido a confesarme, y, a la edad de 27, había rompido cada mandamiento. Fui a confesarme, y no exclui nada. Tenía miedo de lo que el sacerdote podría pensar de mí, pero cuando lo miré a los ojos él estaba llorando. No me estaba juzgando. Él era Jesús para mi. Al final, el sacerdote puso sus manos sobre mi cabeza y me absolvió de mis pecados. Pero no era su mano, era la mano de Cristo y, en mi corazón, yo sabía que estaba perdonado. Yo podía ver cuando Dios me amaba, a pesar de que yo era indigno. Tome todos mis pecados y los dejé a los pies de Jesús. ¡Sentí que volvía a vivir!
Después de la confesión hubo una Misa. Como yo no había crecido en la iglesia, cuando dijeron que la hostia blanca era Jesús, no tenía ningún sentido para mi. Dije una simple oración, “si realmente eres Tu, Jesús, entonces demuestramelo porque yo no entiendo.” Cuando recibí a Jesús ese día, cada sentimiento bueno que yo había sentido en mi vida, incluyendo mi experiencia del amor de Dios para mi y como me sentí cuando salí de la confesión, se magnificó y supe que era Jesús–cuerpo, sangre, alma y divinidad. Yo creí, no porque alguien me lo hubiese enseñado de algún libro, sino porque Jesús me había demostrado personalmente en respuesta a mis oraciones. Supe que sería Católico hasta el dia de mi muerte. Él me había infundido el conocimiento de que todo lo que la iglesia enseña es verdadera enseñanza de Jesús, y que Él mora en cada tabernáculo a través del mundo.
El Dia que Conoci a un Santo
Cuando salí del retiro, sentí que necesitaba comenzar a dar porque ya estaba tan cansado de quitar. Terminé por irme al Bronx de Nueva York con los hermanos de la Renovación Franciscana. Mientra estaba allí, tuve el privilegio de conocer a Santa Teresa de Calcuta y pasar casi seis horas con ella. Fue una experiencia maravillosa estar en la presencia de alguien que está tan llena del amor de Dios. Ella me dijo algo que me cambió la vida: “cuando compartimos nuestra historia, glorificamos a Jesús.” Yo creo que era un mensaje de Dios pidiéndome que compartiera mi historia.
Durante los últimos 20 años, he tenido el honor de hablar con más de tres millones de personas alrededor del mundo. En el 2008, hable en la Jornada Mundial de la Juventud en Sydney, Australia, en la presencia del Papa Benedicto XVI. En la escuela me habían dicho que era un tonto porque tenía dislexia y no podía escribir o leer: desde que le entregue mi corazón a Jesús , he escrito cuatro libros.
¡Si hay alguien que pueda tener dudas, Dios tiene un plan para ti! Yo estuve muerto por 27 dias, pero ahora he vuelto a la vida, y la alegría más grande de mi vida es hablar de parte de Él. Durante los últimos 20 años, he vivido completamente de la providencia de Dios, viajando por el mundo para compartir mi historia. Le hice tres promesas a Dios: yo sería célibe—es un don y gozo ser célibe para Dios; me comprometi a la pobreza—así que no tengo permitido ganar dinero, o cualquier dinero que ganemos será usado para apoyar la comunidad y el trabajo que hacemos; y prometí ser obediente a la Santa Iglesia Catolica. Creo que esta es la voluntad de Dios para nosotros. Nos protege y nos mantiene seguros.
Hubo un tiempo en el que nunca salía de mi casa sin una arma de fuego. Ahora, nunca saldría sin mi rosario. Jesús es mi mejor amigo. Él es también verdaderamente mi salvador.
'Tengo dificultades para decir «No», Si alguien me necesita, quiero responder y ayudar de inmediato. No me gusta decepcionar a la gente, sin embargo esto puede llevarme a un compromiso excesivo.
Durante un mes extremadamente ocupado, con mucho estress adicional, estaba leyendo el Salmo 42 en mi meditación diaria y este verso llamó mi atención: «De día el Señor otorga su misericordia y de noche tengo Su canción» (Salmo 42, 9). Dejé que la verdad de esta escritura entrara en mi alma y se internalizara profundamente.
La primera parte del verso, «De día el Señor otorga su misericordia», me recordó a una de mis escrituras favoritas: «Los favores del Señor no se agotan, sus misericordias no se gastan; ellos se renuevan cada mañana, tan grande es su fidelidad», (Lamentaciones 3, 22-23).
Este pasaje me ha sostenido durante muchos años. Si llego al final de día cansado y desanimado, preguntándome cómo voy a seguir adelante, recuerdo estos versículos y me digo a mi mismo, «Pasa este día, ve a la cama y en la mañana, se renovarán la gracia de Dios». No importa cuan agotado me sienta, el Señor siempre proporciona lo que necesito para el día siguiente.
La clave es permanecer en el momento presente, sabiendo que tenemos la gracia para hoy, pero aún, no para mañana. El Señor nos da la gracia necesaria para lo que sea que estemos enfrentando ese mismo día. Esa es su promesa. Cuando llegue el mañana, Él se encargará.
La siguiente parte del Salmo 42, 9 dice, «Por la noche tengo Su canción». La imagen que tengo de este versículo es Dios con Su Presencia sobre nosotros mientras dormimos. ¿Cuál es su canción? Su canción, es Su Palabra, Sus Salmos donde nos habla de Su amor y deleite en crearnos, amarnos y cuidarnos, para un gran propósito. (Ver Sofonías 3, 17, para otra escritura que habla de Dios, sobre nosotros). Al dormir, su canción, su presencia, nos renueva y nos da lo que necesitamos.
Leer este Salmo, me dio consuelo y fortaleza durante este mes tan intenso. Las tensiones financieras y los conflictos en las relaciones, también exigió de mi tiempo y energía. Aunque me sentí demasiado comprometido, cada vez que me sentía tenso me recordaba a mi mismo, «el Señor ha provisto las gracias que necesito para hoy. Esta noche su canción estará conmigo, restaurando mi fuerza y dándome lo que necesito para enfrentar al día siguiente». Esta hermosa imagen de la Palabra de Dios, me llevó hasta el final de los plazos y compromisos.
Al comenzar el nuevo día, anímate y recuerda esto. Lo que sea con lo que estés luchando, con los problemas de la vida, problemas en las relaciones, necesidades financieras, tensiones laborales, recuerde que Dios tiene «las gracias» que necesitas cada día, listas y esperando. Por la noche su canción de refrigerio y amor, estará contigo sanando y restaurando tú alma para que puedas enfrentar cada día con valentía y paz.
'¿Qué es lo primero que haces cuando estas aburrido? ¿Sacar tú teléfono? Si eres honesto y tienes alrededor de 40 años, probablemente la respuesta será sí; no nos gusta aburrirnos.
¿Estamos realmente aburridos cuando nuestra mente no esta siendo estimulada? ¿Es el aburrimiento o está buscando algo?
Igualamos el aburrimiento con la falta de estimulación, por lo que a muchas personas les es difícil rezar. A menudo consideramos que la oración es simplemente «perder el tiempo» porque no nos estimula, ni parece lograr algo tangible para nuestros sentidos. Medimos el éxito o logros por resultados externos o tangibles. Este no es el caso en nuestras vidas espirituales.
Cometemos un grave error al buscar los regalos, en vez de buscar al donante de los regalos. No simplemente buscamos a Dios, por lo que podemos recibir.
Si este fuera el caso simplemente abandonaríamos la oración y abandonaríamos a Dios, que es lo que hacen muchas personas. Anhelan esa gratificación espontánea que el mundo ofrece de muchas maneras. Esta es una forma muy infantil de ver la oración. A menudo buscamos a Dios cuando queremos algo y pensamos que podemos volvernos contra Dios, tan fácilmente, así como obtenemos agua de un grifo.
Nos negamos a esperar comida rápida. Nos frustramos en el tráfico. Si Internet es demasiado lento, comenzamos a gritarle a la pantalla.
Sé audaz; no tengas miedo de «perder el tiempo con Dios», porque no es perder el tiempo. Mas bien, es el mejor uso posible de nuestro tiempo. ¿Qué mejor uso del don del tiempo de Dios podría haber, que usarlo para alabar al creador del tiempo?
Piense en el tiempo en que recibíamos regalos de ropa nueva de nuestros padres. ¿No nos aseguramos de que nos vieran usarlas para mostrar nuestro agradecimiento? ¿No usamos cosas de este mundo para el propósito por la cual fueron creadas?
Usamos el agua para sostener nuestra vida y nuestro mundo. Usamos la luz solar para recibir calor, cultivar cosas y almacenar energía. Deberíamos usar el don del tiempo para devolver el amor de Dios, desarrollar los dones que nos ha dado y usarlos para servirle a Él y a nuestros vecinos. ¿Solo porque no vemos resultados inmediatos, no debemos reunirnos?
Piensa en el ejemplo de la madre Teresa de Calcuta. Sabemos que durante gran parte de su vida, su oración fue seca y poco gratificante. Si se hubiera dado por vencida ¿cuánto más pobre sería el mundo?
Hay mérito en preservar y mirar más allá de las recompensas de esta vida y las soluciones rápidas y el «zumbido» que ha menudo esperamos.
Esto explica por qué tantas personas recurren a comportamientos poco saludables y se atascan en patrones de pecado. Cuando recibimos estimulación de algo o alguien, podemos volvernos adictos a la respuesta. Desarrolla una adicción en nosotros y por eso la buscamos cada vez más.
Mis queridos hermanos y hermanas en Cristo, tengan el coraje de mirar más allá de las gratificaciones de este mundo y de las mentiras que éste ofrece.
Recordemos esa cita maravillosa y desafiante del Papa Benedicto XVI: «El Mundo te ofrece consuelo. Pero no fuiste hecho para la comodidad; fuiste hecho para la grandeza». Alcanzar esta grandeza significa «perder el tiempo con Dios», dejando que Él tome el primer lugar en tú vida. Dándole permiso para ser Señor y dueño de todo y no buscando reemplazo por las cosas de este mundo o los efectos fugaces y las comodidades que te ofrecen.
En mi ministerio, como director de vocaciones, trabajo con muchos jóvenes en el discernimiento. Una de las primeras cosas que les pido es que aprendan a apreciar el silencio y simplemente pasar tiempo con el Señor.
Me dicen que es difícil comenzar; ¡todos sabemos eso! Comience con algo pequeño: dele al Señor 10 minutos al día, varias veces a la semana; luego empiece a aumentar el tiempo.
No podemos subir al monte Everest con un solo paso. Toma muchos pasos pequeños. Comienza a «perder el tiempo con Dios» en pequeños pasos y luego toma los más grandes.
Conozco a un hombre que hizo esto hace unos años. Sus 5 minutos con Dios se convirtieron en 10 minutos al día. Luego después de unos meses sus 10 minutos se convirtieron en 30 minutos. Antes de darse cuenta pasaba pacíficamente una hora al día en oración. Ahora es un sacerdote feliz y pacífico que enseña a otros a rezar, desde su propia experiencia.
La próxima vez que se sienta aburrido o tenga la sensación de sacar su teléfono, ¡pare! Piense por qué estás haciendo eso. ¿para qué lo estás buscando? ¿Cuál es el vacío en tu vida que estás tratando de llenar? ¿Cuál es problema del que estás tratando de escapar?
Recientemente vi un anuncio en un restaurante que desafiaba a las familias a poner sus teléfonos móviles en una caja en la mesa para que pudieran pasar tiempo hablando y escuchándose unos a otros. Si lograban hacer esto durante toda la comida, recibirían un helado gratis.
Amigos, pasar tiempo con Jesús es mucho más gratificante que el helado. Revela quién es más importante. En vez de buscar en facebook, instagram o snapchat, busque a Dios. Use el don del tiempo que Él le ha dado, para recurrir a Él. Él te cumplirá más de lo que cualquier persona lo hará. Recuerda que fuiste hecho para la «grandeza» y esa grandeza se puede lograr al «perder el tiempo con Dios».
'Piezas rotas de nuestro corazón
«Un año de tratamiento». Al levantar la vista, vi la pena en los ojos del neurocirujano de mi esposo mientras decía esas palabras en voz baja.«Un año para vivir».
«Sé fuerte», me dije. Temblé mientras trataba de procesar esas palabras devastadoras. Mi querido Chris- mi mejor amigo desde que éramos adolescentes. Después de 21 años de matrimonio y cuatro hermosos hijos, ni siquiera podía comenzar a comprender mi vida sin él. Pude sentir físicamente que mi corazón se rompía cuando mi mundo comenzó a desmoronarse.
Cáncer incurable. Eso suena tan desesperante y concreto, pero sé que nada está más allá de la esperanza. Me aferraría fielmente a esta noción, manteniéndola presionada cerca de mi corazón. En dos días, estuvimos de vuelta para la cirugía, intentando extirpar el tumor canceroso masivo que acechaba dentro de su cerebro. La cirugía fue seguida por un año de tratamiento agonizante, y me vi obligada a verlo desvanecerse sin poder hacer nada. Este hombre fuerte, que había pasado su vida ayudando a otros e incluso había salvado vidas arriesgando la suya, se estaba convirtiendo en una sombra de sí mismo. Esa dolorosa imagen fue casi demasiado para mi corazón destrozado.
Nuestros preciosos hijos llenos de fe lloraron, abrumados con las noticias. Estaban llenos de angustia y ansiedad por el futuro, pero entre esos sollozos tranquilos, cuando se enfrentaron a la muerte de su padre, nuestros hijos nos aseguraron que suceden milagros. Con completa fe y confianza en la voluntad de Dios, oraron por un milagro, sin cesar. Ni una sola vez estos dulces niños expresaron enojo, ya sea por la situación o con el Padre eterno que, lo permitía. Una y otra vez me recordaron las palabras que les había dicho tantas veces: Debemos vivir para la próxima vida. Si Dios permite esta cruz a nuestra familia, entonces confiaremos en su plan, incluso si no lo entendemos. Al juntar los pedazos de nuestros corazones rotos, aún desbordados de amor por nuestro Padre celestial, ofrecimos nuestra angustia, teniendo en cuenta que esta vida es corta y que la Tierra no tiene pena que, el cielo no pueda sanar.
Un milagro ante nuestros ojos!
La oración realmente hace milagros y toca el corazón divino de Dios. La oración, que siempre había sido una gran parte de nuestra vida, ahora se convirtió en nuestra vida. Confianza total, fe total y esperanza total. Le suplicamos a Dios que nos ayudara a llevar esta cruz agonizante con gracia para que, si un milagro no estuviera en Sus planes, pudiéramos dar un ejemplo a los demás con nuestra fe inquebrantable y nuestra confianza inquebrantable en Su amor por nosotros.
Después de seis semanas de tratamiento estándar, la nueva resonancia magnética mostró otro tumor. Este era inoperable. La noticia fue aplastante, derrotante. Se inició un nuevo tratamiento pero no se nos dio mucha esperanza. Chris hubiese dicho en broma que si sucediera un milagro, sería GRANDE.
Cientos de personas estaban inundando el cielo con oraciones y sus oraciones eran realmente palpables. Con la esperanza de curación y fortaleza durante su agotador tratamiento, Chris había sido bendecido y ungido con todo lo que se le ofrecía: aceites especiales, agua bendita de todo el mundo y reliquias, incluido un purificador especial manchado con la preciosa sangre. Este paño sagrado había sido regalado a nuestro párroco por un sacerdote querido llamado Padre Stu.
Semanas después del nuevo tratamiento, nuestro sacerdote ofreció bendecir a Chris con el purificador del padre Stu por segunda vez. Mientras explicaba que había estado pidiendo la intercesión del padre Stu, nuestro sacerdote nos mostró la tela sagrada, ahora encerrada en una funda de plástico. Perplejos, miramos más de cerca y vimos algo verdaderamente milagroso: las preciosas manchas de sangre que aparecían bajo la apariencia de vino seco habían comenzado a cambiar visiblemente. Estas manchas sagradas ahora se veían increíblemente como sangre fresca, ¡un milagro eucarístico ante nuestros ojos! Qué regalo tan humilde e inesperado de nuestro tierno Padre celestial. Sabía en mi corazón que nos daban una señal de que los milagros suceden en respuesta a la oración.
La querida Santa Teresa de Lisieux, tan confiada y amorosa, declaró que la confianza en la oración hace milagros. Cuán reconfortantes han sido sus palabras en este viaje doloroso, extraordinario y desgarrador. Hoy, Chris ha superado su pronóstico y su tumor inoperable ha desaparecido milagrosamente: está viviendo, respirando el poder de la oración y la abundante misericordia de nuestro amoroso Dios hacia sus pequeñas y confiadas almas.
'Una alternativa a la atención plena
“Mantén la muerte diariamente ante tus ojos”. A primera vista, estas palabras del Capítulo 4 de la Regla de San Benito hacen que muchas cosas sean incómodas, si no aprehensivas. La mayoría prefiere sacar de su mente las «cosas últimas» —muerte, juicio, cielo, infierno—, desechándolas como nociones anticuadas, con poca relevancia para la vida moderna.
A la luz de la devoción de la cultura popular hacia el «momento presente» en el movimiento conocido como «atención plena», el recuerdo diario de un oscuro evento futuro se presenta como una contradicción. Tras una reflexión más profunda, esta directiva aparentemente mórbida de un texto del siglo sexto es en realidad una alternativa cristiana efectiva a la antigua técnica y disciplina de meditación budista que cautiva al mundo. La iglesia no ha hablado definitivamente sobre la atención plena, pero aquellos que buscan la práctica auténtica de una meditación y disciplina católica cristiana, enfocada en encontrar a Cristo en cada momento, encontrarán una guía probada en la Regla de San Benito.
Surgiendo de las cenizas de una sociedad del Imperio Post-Romano desintegrada y desgarrada por la lucha, la espiritualidad benedictina tenía un fuerte sentido de la importancia de aceptar la posibilidad de la muerte, en cualquier momento, por razones prácticas. La alta tasa de mortalidad subrayó la fragilidad de la vida y la imprevisibilidad de su fin: el propio Benedicto casi fue envenenado por algunos monjes rebeldes. Paradójicamente, Benito y los otros primeros monjes también sabían que tener presente la muerte todos los días ayudaría a los monjes y a los laicos a vivir la vida de manera más completa y desprendida. El recuerdo de la muerte, y el reconocimiento de su inmanencia, podría eliminar las búsquedas sin sentido y las preocupaciones superficiales que habían preocupado la vida de uno, liberando así al individuo para atender las cosas de importancia duradera: ¡la gloria de Dios y la salvación!
El poder del «Ahora»
El objetivo de la vida cristiana en la Tierra es hacer que cada momento cuente para el cielo. En cada instante, Dios se entrega a sus criaturas, llamándonos a hacer su voluntad en los asuntos ordinarios de cada día. Cada pensamiento, cada palabra y cada acción es un paso más cerca de Dios o un paso más lejos de Dios. La dirección está determinada por la rapidez y el grado de nuestra respuesta (o falta de ella) a su voz. Una oración ferviente, una palabra amable, una sonrisa cordial, un cálido agradecimiento, un sincero te amo, un sincero lo siento, un servicio alegremente ofrecido, un deber cumplido fielmente, una falta humildemente confesada, un error perdonado, un juicio retenido, un gesto restringido, una murmuración reprimida, el chisme evitado, una preocupación entregada, un sacrificio ofrecido, una verdad proclamada, el nombre de Jesús alabado. Cada uno tiene consecuencias eternas. A medida que
desarrollamos nuestra salvación en la comunidad de personas y momentos en los que hemos sido colocados, solo Dios sabe hasta qué punto esa oración, esa palabra, ese acto influirá en toda la eternidad.
Nuestra respuesta habitual al llamado de Dios requiere atención constante al momento presente donde Dios habla. Como San Pablo exhorta: «Ahora es el tiempo aceptable, ahora es el día de salvación» (2 Corintios 6, 2). Como Jesús advierte: «Velen pues, porque no saben ni el día ni la hora en que vendrá el Hijo del Hombre» (Mateo 25,13). Mantener la muerte diariamente ante nuestros ojos nos saca de nuestra complacencia y aumenta todos nuestros sentidos, afinando nuestra capacidad de escuchar la voz suave y apacible de Dios con el oído de nuestro corazón en el momento.
El Reloj Sigue Marcando
Porque así como Dios usa las cosas comunes del mundo para reflejar su presencia interna, nos da gracias en el momento para ayudarnos a cumplir su voluntad. Como las manecillas de un reloj que marca los minutos hacia la última hora del día, la gracia de Dios nos mueve en cada momento hacia la hora de nuestra muerte, cuando pasaremos a la vida eterna.
San Benito no fue la única figura religiosa prominente en valorar una meditación sobre la muerte. San Francisco de Asís agregó estas líneas a «El Cántico del Sol» antes de morir: «Toda alabanza sea tuya, mi Señor, a través de la Hermana Muerte, de cuyo abrazo ningún mortal puede escapar. ¡Ay de los que mueren en pecado mortal! ¡Felices aquellos a quienes encuentra haciendo tu voluntad!» Durante sus «Actuaciones», la mística medieval Julián de Norwich oró por una enfermedad física, hasta el punto de la muerte, para ser «purgada por la misericordia de Dios, y luego vivir más para Su gloria». Lo cual ella hizo por muchos años más. De sus «Notas del Sermón», San John Henry Newman predicó lo siguiente: «Todas las mañanas nos acercamos a la muerte … A medida que pasa el reloj, estamos bajo pena de muerte … Busca al Señor por lo tanto … Él está aquí».
Una laica católica que expresó con humor su aprecio por el poder de balanceo de la muerte fue la escritora estadounidense del siglo XX Flannery O’Connor. En «El Inadaptado», ella escribió: «Hubiera sido una buena mujer … si [allí] hubiera habido alguien para dispararle cada minuto de su vida».
Hechos para el cielo, todos somos inadaptados. ¡Afortunadamente, el enfoque moderado de San Benito acerca de meditar sobre la muerte nos apunta a diario en la dirección correcta a casa!
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