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Abr 18, 2020 643 0 EL PADRE JOSEPH GILL, EUA
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Shalom Tidings Q & A #5

Pregunta:  Mi mejor amigo recientemente perdió una terrible batalla contra el cáncer.   Fue desgarrador verla sufrir por tanto tiempo, solo para morir al final.  Ella era una de las personas más devotas que he conocido.  ¿por qué Dios permite que las personas buenas sufran?

Respuesta:  Hace miles de años un hombre llamado Job se hizo la misma pregunta. ¿por qué las personas buenas sufren mientras parece que los pecadores se multiplican?  Al final del libro de Job, Dios responde a Job rápidamente diciendo “tus caminos, no son mis caminos”.

Pero después Job vino a Jesús y Jesús cambió la naturaleza del sufrimiento.

Cuando Jesús era Dios manifestado en carne, pudo haber evitado todo sufrimiento.  Siendo divino, pudo haber evitado todo dolor mental o físico por enfermedad, lesión, rechazo, tortura o muerte, pero eligió sentir esas cosas porque él es Enmanuel, ¡Dios con nosotros!  Jesús sabía que el sufrimiento era parte de la condición humana, por lo que decidió convertirse “como nosotros en todas las cosas excepto en el pecado” (Hebreos 4:15)

El sufrimiento no es parte del plan original de Dios.  Llegó al mundo por el pecado original.  Cuando nuestros primeros padres se apartaron de las bendiciones que Dios había planeado para ellos y quisieron convertirse en dioses, el resultado fue la muerte, la prueba, la tribulación y el dolor; sin embargo, Dios no hizo el sufrimiento como castigo.  No es un remedio curativo, porque el sufrimiento nos enseña que el amor cuesta.

Considere esto— cuando una madre se queda despierta cuidando a su hijo enfermo, es una ardua tarea, pero también es un acto de amor.  Cuando un padre trabaja duro en un trabajo difícil y estresante, para poner comida en la mesa de su familia, es oneroso, pero también es un acto de amor.  Cuando un hermano soporta a su molesta hermana menor, es un desafío, pero también es un acto de amor.  No podríamos aprender a amar sino fuera por el sufrimiento.

Cuando su amiga estaba en los tratamientos contra el cáncer, imagino que muchas personas la ayudaron de diversas maneras; cocinaron para ella, la llevaron a citas, la animaron, oraron por ella, y de esta manera, las personas que la rodeaban aprendieron que por medio del sacrificio del amor, podemos imitar a Dios.

Cuando sufrimos podemos reconciliarnos con Cristo.  Atravesar por el cáncer nos enseña las virtudes como el coraje, la perseverancia, la humildad… y cuando lo ofrecemos como un sacrificio en unión con Cristo, como un “sacrificio vivo” ( Romanos 12:1), ¡participamos con él en la salvación del Mundo!  Cada sufrimiento que soportamos puede ayudarnos a crecer en virtud.  Recuerde:  nunca estamos tan cerca de Jesús, como cuando estamos colgados en la cruz con él.

Finalmente, Jesús nunca prometió felicidad en este Mundo; mas bien prometió la cruz.  Pero, también prometió que nunca nos abandonaría y que para aquellos que lo aman, todas las cosas funcionan para bien.  Bajo una perspectiva eterna, el sufrimiento y la muerte de su amigo provocaron su santificación y se le otorgaron innumerables gracias a ella y a muchos otros, gracias que sólo entenderemos cuando nos encontremos con Cristo en la eternidad.

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EL PADRE JOSEPH GILL

EL PADRE JOSEPH GILL es capellán de escuela secundaria y sirve en el ministerio parroquial. Se graduó en la Universidad Franciscana de Steubenville y en el Seminario Mount Saint Mary. El padre Gill ha publicado varios álbumes de música rock cristiana (disponibles en iTunes). Su primera novela, Days of Grace, está disponible en amazon.com.

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