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Feb 05, 2021 892 0 Ashley Fernandes
Encuentro

De la Nueva Era a la Fe Verdadera

A veces lo que comienza como un pasatiempo inofensivo puede hacer que tu vida se convierta en un abismo oscuro.

Encontrando mi Destino

Durante la mayor parte de mi adolescencia, luché por confiar en Dios y de esta falta de confianza surgió mi decisión de confiarme a mí misma y a mi futuro en las manos de poderes que prometían prosperidad, amor y felicidad. Me di cuenta de las creencias de la Nueva Era y pronto me encontré entrelazada con cartas de tarot, psiquicos, horóscopos y magia.

Al principio, interesarme superficialmente en estas cosas me parecía divertido y emocionante. Debido a las prácticas de la Nueva Era, sentí que ya no caminaba ciegamente — claramente vi el camino de mi destino y recibí una guía útil para mi vida. Creí que las cartas y los psíquicos me conocían. Entendían lo que estaba pasando en mi vida personal que no había compartido con nadie, y por esto creí en ellos con toda mi alma. Muy pronto, lo que comenzó como un pasatiempo aparentemente inofensivo se convirtió en una obsesión que me alejó de Dios.

Más allá de la Obsesión

Consultaba constantemente a mis cartas de tarot, desesperada por encontrar respuestas a los problemas de mi vida. Adoré a falsos ídolos – dioses y diosas – suplicandoles una ayuda que nunca vino. Empecé a buscar hechizos que se suponía me ayudarían a salir de situaciones incómodas o a mejorar mi vida. Afortunadamente solo llegué a «mirar hacia», pero estuve muy cerca de lanzar hechizos. Si no fuera por la culpa que sentí mientras investigaba la brujería, probablemente lo habría hecho. Al ver hacia atrás, creo que fue la gracia de Dios que me mantenía alejada de algo que me habría llevado por un camino aún más oscuro.

Mi obsesión impactó mi fe drásticamente. Aunque había crecido católica, ya no me consideraba católica. Sentí que me relacionaba con las creencias de la Nueva Era más que con cualquier otra cosa. Les dije a mis amigos y familiares que no estaba segura si todavía creía en un Dios. Después de todo, si Dios existiera, ¿por qué me sentía tan perdida y sin esperanza? ¿Por qué hizo Dios milagros para los demás, pero no para mí? Nunca me imaginé que regresaría a la fe católica, no después de toda la «verdad» que había aprendido sobre la «iluminación».

Pensé que los cristianos eran los ciegos, los que no podían ver la verdad que estaba delante de ellos, mientras yo podía ver más allá de las mentiras y el engaño del mundo. No sabía que yo era la ciega que caminaba sola por la vida. Estaba desesperada por recibir una guía y pensé que las creencias de la Nueva Era me darían algo en qué esperar.

Regresa a Mi

For weeks, my tarot cards were giving me mixed messages. They no longer made any sense, nor did they apply to what I was asking of them. I felt hopeless, frustrated.

My Tarot cards were my only assurance that things would turn out okay, but even they stopped working. It was like everything was spiraling, and I no longer had any control over my life. But that was just it! I was so obsessed with control that when I lost it, I felt weak and vulnerable.

Durante semanas, mis cartas de tarot me daban mensajes mixtos. Ya no tenían ningún sentido, ni se aplicaban a lo que les estaba pidiendo. Me sentí frustrada y sin esperanza.

Mis cartas del Tarot eran lo único que me aseguraba que las cosas saldrían bien, pero incluso dejaron de funcionar. Era como si todo girara en espiral y yo ya no tenía ningún control sobre mi vida. ¡pero era justamente eso! Estaba tan obsesionada con el control que cuando lo perdí, me sentía débil y vulnerable.

Pronto me di cuenta de que Dios quiere que seamos vulnerables para que podamos aprender a entregarle todo el control y poner toda nuestra fe en Él. Al final, fue Jesús quien me salvó y me devolvió a la verdad que había estado buscando durante tanto tiempo. Señor, yo sé que el hombre no es dueño de su vida, que no tiene dominio sobre su destino (Jeremías 10:23). Empecé a oír a Dios susurrando en mi corazón y decirme que era hora de que confiara en él. Le abrí la puerta al Señor, y él no dudó en entrar.

Después de años de lanzar un llanto a nadie en particular, recibí una inspiración de Dios. Dios me condujo a la naturaleza donde me sentí más en paz y me abrazó con sus brazos de amor. Mire el cielo y Dios me habló a mí, escondido en las nubes durante esa tarde profética. «Vuelve a mí», dijo, y yo sentí mucho más amor de lo que jamás había sentido en mi vida. «Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. En todos tus caminos, reconocerlo, y él hará tus caminos rectos» (Proverbios 3:5-6).

Solo me tomó un día dejar que la luz del Espíritu Santo llenara esos espacios de mi vida que había dejado en la oscuridad durante varios años. ¡Esta es la belleza de los poderes sanadores de Dios para iluminar incluso a las almas más oscuras! Sin embargo, sabía que tenía que mostrarle al Señor que realmente quería experimentar su gracia. Esa noche, en mi habitación, le derramé todo a Dios. Le dije que lamentaba haber estado tan lejos y me arrepentí de todos los pecados que había cometido. Le dije a Dios que de ahora en adelante le confiaría toda mi vida.

Puse mi destino en las manos de Dios y renuncié a las creencias de la Nueva Era. Caí en los brazos de un Dios que me amaba como Su hija. Una vez que sentí el consuelo de descansar en los brazos misericordiosos de Dios, comencé a ver la fe católica como algo en lo que podía confiar con todo mi corazón, y ya no sentí la necesidad de dirigir mi propio destino. Ya no me obsesiono con las respuestas; ahora confío en el plan del Señor para mí. «Sométanse, pues, a Dios. Resiste al diablo, y él huirá de ti» (Santiago 4:7).

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Ashley Fernandes

Ashley Fernandes is a passionate writer and an aspiring teacher. She lives in Ontario, Canada.

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