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Jun 28, 2024 86 0 Maria Teres Sebastian

La salud mental es importante

Si estás luchando con alguna enfermedad mental, o si alguno de tus seres queridos está luchando contra alguna de ellas, esta es una lectura obligada para ti.

En 2020 me tropecé con una de las pláticas del Dr. Matthew Breuninger, cuando la pandemia estaba en su apogeo; en ese tiempo yo estaba atravesando un momento de profunda agitación personal. Su visión personal acerca de la sanación me conmovió profundamente; así que, recientemente cuando me encontré con el Proyecto KNOWN (“CONOCIDO”), mi interés se despertó instintivamente. La misión personal de Isaac Wicker y las publicaciones en su blog tenían una intención y determinación realmente inspiradoras, así que no dudé en ponerme en contacto con estas dos increíbles almas. Ambos, Isaac y Matt son profesionales de la salud mental quienes encontraron una manera sorprendente de unir su fe y profesión, a través del proyecto KNOWN. Haberlos conocido ha sido una bendición para mí; aquí les comparto un extracto de una reveladora conversación que tuvimos. Ambos tienen su propia historia acerca de cómo perdieron y encontraron la manera de mantenerse en contacto con Dios; pero en el fondo, sus viajes consistieron en hacer preguntas, buscar la verdad, y finalmente llegar al corazón amoroso del Padre.

Haberlos conocido ha sido una bendición para mí; aquí les comparto un extracto de una reveladora conversación que tuvimos.

Así que, cada uno de ustedes ha tenido sus propias luchas. Desde la experiencia y la práctica profesional ¿creen que es cierta la idea de que el tener un problema de salud mental equivale a no ser lo suficientemente bueno en la fe?

Isaac: He escuchado eso de mucha gente, incluso yo mismo he luchado con eso también. No tengo la mejor respuesta para esto, pero pienso que la pregunta fundamental no es acerca de “la fe o la falta de fe”. En su lugar, un cambio en la perspectiva podría ayudarnos a todos.

La verdad es que todos estamos rotos, realmente rotos. La fe nos da un lugar donde podemos decir esto libremente y en voz alta: “Estoy hecho pedazos. Necesito ser abrazado y amado. Necesito comenzar de nuevo”. Necesitamos ser vistos en nuestro total quebrantamiento y desorden, necesitamos ser amados tal y como estamos. Esta idea de que mi quebrantamiento muestra que no soy lo suficientemente fuerte en mi fe es muy engañosa.”

Honestamente mi fe no es lo suficientemente buena, pero está bien. Seguiré acudiendo a Dios con mi fe insuficiente, con mi ansiedad y con mi quebrantamiento… con todo mi desastre. Mi fe necesita ser más fuerte; pero ¿qué pasa si la forma en la que oro, conectándome con Dios, es cuidando de mí mismo de una manera nueva y mejor, practicando habilidades que me ayudarán a llegar allí?

Matt: Decir a alguien “ten más fe” es malinterpretar lo que es la fe, porque no nos la damos a nosotros mismos. La fe es un regalo que viene de lo alto. Es muy fácil decir: “solo cree en que eres el amado de Dios”. Pero si al crecer tuviste en repetidas ocasiones la experiencia de unos padres que no satisficieron tus necesidades, ese sentimiento de no tener valor se va anclando en tu neurobiología. Así que recibir un esporádico “-oye, tú eres valioso-”, simplemente no es suficiente.

Lo hermoso de Dios es que Él no nos pide que nos deshagamos de nuestros sentimientos. Él te dice: “Toma tu cruz y sígueme”. En algunas ocasiones mi enfermedad mental es mi cruz, y lo sigo a Él en mi tristeza. Vamos a sentir el espectro de los sentimientos humanos, y a veces nos vamos a sentir atorados. Pero en el momento en que digamos: “Dios, estoy ansioso, no he hecho esto antes”. Creo que Dios, nuestro Padre dirá: “¡por supuesto que sí!”

Cuando estaba enseñando a mi hija pequeña a andar en bicicleta, ella me dijo: “Papi, tengo miedo” y yo le respondí: “por supuesto que estas asustada, nena, porque nunca has montado en bicicleta; te vas a caer y a lastimarte, pero yo estoy aquí; entiendo que te asuste… aprenderás a no temer, enfrentandote a esto. No la reprendo diciéndole “-¿no confías en mí?-“; Dios es de esta manera con nosotros, infinitamente compasivo.

¿Es un reto unir tu fe católica con tu práctica de psicología? La mayoría de las veces se siente como si no se pudieran unir ambos campos.

Isaac: Creo que en realidad es útil cuando la psicología y la fe se unen. La fe católica es muy buena para darnos una idea clara de quienes somos; estamos hechos por y para Dios. Considero que esto es en gran parte, lo que es una persona: alguien con una dignidad infinita.

El trabajo de un terapeuta es a menudo buscar esa dignidad infinita dentro de ti, y luego reflejarla de vuelta en ti. Es lo que hago con mis pacientes que no practican la fe. Al haber podido experimentar el amor que Dios me tiene, teniendo la experiencia de que Él ha buscado mi dignidad y me la ha mostrado, este es el camino que sigo también con aquellos que se acercan a mí. Es dentro de esta misericordia, amor y conexión que podemos ser llamados hacia algo más grande. Mi fe es en tal forma el cimiento de la esperanza, la redención, y renovación, que no puedo imaginar una práctica saludable sin ella.

Matt: La dura verdad es que la psicología puede ser realmente hostil contra la fe y sus principios, pero a la luz de mi práctica, me parece que ninguno de nosotros estamos realmente rechazando a Dios. Rechazamos a la gente que nos oprime, intimida y nos hace sentir insuficientes; incluso rechazamos las ideas distorsionadas que hemos recibido de Dios, pero nunca rechazamos verdaderamente a Dios. Así que mi objetivo en la terapia es ayudar a eliminar los elementos humanos y naturales que nos impiden ver a Dios de la manera en la que Él quiere revelarse a nosotros.

Yo visualizo mi trabajo como siendo las manos, ojos y pies de Cristo, así que una de las cosas que trato de hacer es sentarme con las personas de la manera como Dios lo haría, ser un portavoz, una imagen… ¿Cómo respondería Cristo si le dijera algo difícil, doloroso, vergonzoso o inmoral?

Puedo sentir una compasión inmensa por ti, transmitir una profunda y fundamental verdad sobre quién eres y como Dios te ve, sin incluso usar la palabra “Dios”. ¿No es mucho más probable que todos seamos conmovidos y modelados por las palabras cuando hay una relación profunda de confianza, amor y seguridad? Cuando sentimos esto, en realidad escuchamos con el corazón abierto. Así que en realidad, en lugar de ser un desafío, mi fe aporta y ayuda a mi práctica de manera relevante.

Tuve un paciente que se había realizado una inseminación in-vitro, quien temía que, por el hecho de ser católico no le daría mi aprobación. En este punto, habíamos atravesado algunos lugares profundos y vulnerables y le dije que me encantaría cargar y darle un beso a su bebé. Yo no considero que la inseminación in-vitro sea moralmente buena, pero al mismo tiempo, puedo amarlo y alegrarme por él. Puedo abrazar estas dos cosas. Pienso que la expresión puede con frecuencia ser sanadora para cada uno de nosotros.

Así que, KNOWN es un intento para unir estos dos campos, en armonía. ¿Puedes explicar el proyecto en pocas palabras?

Matt: Para muchos de nosotros es realmente difícil comprender o imaginar a un Dios que pueda amarnos cuando cometemos errores, porque cada vez que nos equivocamos, nuestros padres nos hacen ver su decepción, pena y vergüenza. A menudo nos dicen: “Volveremos a ser cálidos y cariñosos contigo una vez que cambies”. Considero que es muy difícil como padre poder comunicar amor, y decir a tu hijo, incluso en medio de una corrección: “Te amo y te quiero, y deseo mantenerme conectado contigo a pesar de que lo que hiciste estuvo mal.”

El título KNOWN (CONOCIDO) es tan poderoso para mí porque comunica este deseo profundo del corazón humano de ser “CONOCIDO”, para dejar atrás el miedo de que seremos abandonados una vez que nos conozcan. Considero que este es el núcleo de todo el proyecto: El corazón del Padre nos CONOCE a cada uno, nos abraza y nos atrae hacia Él. Él mira más allá de nuestros defectos, faltas y caídas, y capta esta belleza interior. Todos queremos esto ¿verdad? Este sentimiento de ser conocido y seguir siendo amado. CONOCIDO está tratando de decirte que esto es algo que tú ya tienes, en el Padre.

Isaac: KNOWN es un programa de 12 semanas para la sanación profunda de las zonas de identidad: donde aprendemos nuevamente acerca de la identidad del Padre, que es la de un papá amoroso, y a través de su amor descubrimos más acerca de nuestra identidad individual de hijo o hija amados. Entramos en los lugares donde se encuentran estas heridas profundas, donde las distorsiones sobre nuestra identidad son más fuertes, permitiendo que la luz y el amor del Padre penetren en ellos. Entonces, nos adentramos hacia un lugar de mayor libertad, ligereza, infancia y alegría.

El objetivo general del viaje es aprender a ser verdaderamente honesto con lo que tu corazón dice acerca de Dios. Dejando por un momento de lado nuestra teología y haciendo que nuestros corazones hablen: “Padre, sinceramente me siento de esta manera, verdaderamente inseguro, pequeño y abandonado, en realidad puede parecer que eres duro, distante y controlador”. Hablar realmente de estas cosas y después meditar sobre esos sentimientos hasta entender qué es lo que nos hace suspicaces o inseguros con el Padre y sanar esas heridas del pasado. Todo el viaje consiste en permitir que el Padre, a través de la honestidad, nos muestre algo nuevo.

Lo hacemos juntos como grupo, pero cada persona tiene su propio viaje personal y nosotros tratamos de hacerle el proceso más fácil. No somos responsables de la sanación, esto ocurre individualmente entre cada participante y Dios Padre.

He escuchado a muchas personas decir que las enfermedades mentales hacen que sea muy difícil orar. ¿Cómo se puede superar este obstáculo?

Isaac: En KNOWN te invitamos a hacer una oración “honesta”. Tres veces por semana tenemos una rutina de silencio vivo: apagamos toda la tecnología de las 7 de la tarde a las 7 de la mañana, después apagamos las luces eléctricas y encendemos la luz de las velas a las 9 de la noche. En este silencio, te invitamos a que seas realmente honesto.

Te pedimos incluso que simplifiques tu lenguaje con Dios. ¿Qué es, honestamente, lo que está sintiendo tu corazón? “Padre, tengo miedo, estoy emocionado, nervioso, ansioso, me siento herido.” Simplemente decirle estas cosas en lugar de condenarte a ti mismo por no ser lo suficientemente “santo” es lo que verdaderamente ayuda.

No es una oración determinada; es llegar al clamor del corazón y dirigirlo hacia el Padre; es permitir que el Padre escuche este clamor. Con frecuencia, cuando las personas se sienten estancadas, les pido que pasen la semana siguiente diciéndole a Dios todo lo enojados que están. Tratar de tener una alabanza piadosa y santa hacia Dios, cuando en realidad nuestros corazones están super enojados, no funcionará. Así es como a menudo invitamos a la gente a orar, con este grito familiar y simple del corazón.

Matt: Así es el Padre: un PAPÁ. Como padre quiero saber cuándo mis hijos están enojados, tristes, o ansiosos; incluso cuándo están enojados conmigo. Cuando mi hija quiere algo y yo le digo que no, da un pisotón en el suelo y me dice: “Papa, estoy enojada contigo”. Pero el enojo de mi hija no me asusta ni me hiere. Me siento mal por ella y esto despierta mi compasión, pero no me enoja.

¡Dios es perfecto! Mi enojo no interrumpe su perfección. Cuando digo: “Dios, estoy enojado contigo”, esto lo lleva a manifestar su compasión por mí, como sucedería a cualquier buen padre. Dado que Dios no tiene un ego como nosotros los padres, esta es la oración que te invitamos a hacer: Ser honestamente abiertos a Dios.————————————————————-

¿Estas luchando con un problema de salud mental? Aquí tenemos algunos consejos de Matt e Isaac.

1. Lleva tu corazón al Padre

Cuando te estés esforzando por orar, comparte libremente tu ansiedad, temor, frustración y agobio con el Padre. Trae honestidad a tu relación con Dios y permite que vea y conozca tu corazón tal como es. No le ocultes nada.

2. Encuentra imágenes reconfortantes en la Escritura que te permitan sentirte visto y conocido.

Encuentra algo en lo que puedas anclarte, tal vez una línea de una oración, un versículo de la Biblia, una imagen en tu mente de Jesús o el Padre contigo… Encuéntrala, y regresa a ese espacio de serenidad, especialmente en los momentos de mayor confusión… y abrázate a Él amorosamente.

3. Encuentra (y ofrece) compañerismo

Estamos hechos a imagen de un Dios que en sí mismo es una comunión de personas. Ninguno de nosotros puede hacer esto solo. Cuando estoy en la lucha, hay un grupo de amigos a los que corro, cuya fe y amor a menudo me ayuda. Esto me convence de que no estoy solo. Necesitamos de personas que nos vean y nos amen cuando no podemos amarnos a nosotros mismos.

Es importante el tener al menos a una persona a la que puedas decirle casi todo, las partes vergonzosas, difíciles, lo que te confunde; alguien que no trate de darte un consejo o arreglarte, sino que permanezca contigo mientras te sientes vulnerable, que interceda por ti y crea por ti hasta que tengas la posibilidad de redescubrir tu verdadero valor.

4. Permite que otros te ayuden a llevar tu cruz (¡Jesús lo hizo!)

Muchas personas con las que hablo están realmente preocupadas por ser una carga para los demás. Pienso que especialmente en estos días, tenemos mucho miedo de cargar a otros con nuestras emociones o necesidades. Pero está bien necesitar la ayuda de otros. Está bien ser una carga. Es ahí donde la Iglesia cobra vida, cuando todos empezamos a caminar juntos.

Amado Padre, en tu corazón encomiendo mi vida rota… dame la capacidad de encontrar mi camino de regreso a ti y permíteme sentir tu abrazo eterno.

Maria Teres Sebastian

Maria Teres Sebastian is a passionate young writer who aspires to spend her time and skills for the glory of God. She lives in Kerala, India.

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