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Jun 05, 2024 146 0 Hermana Jane M. Abeln SMIC
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¿El amor duele?

Recuerdo un momento en mi ministerio en el que sentí que un compañero ministro se distanciaba de mí sin razón aparente. Parecía que estaba luchando, pero no lo compartía conmigo. Un día de cuaresma, agobiada por este pensamiento, me paré en mi oficina y clamé al Señor en mi corazón: «Jesús, me siento muy excluida de la vida de esta persona».

Inmediatamente, escuché a Jesús responder con estas tristes palabras: «Sé cómo te sientes. Me pasa todos los días».

¡Wow! Sentí que mi propio corazón se traspasaba y las lágrimas inundaban mis ojos. Sabía que esas palabras eran un tesoro.

Durante meses continué meditando esa gracia. Desde mi bautismo en el Espíritu Santo hace veinte años, había considerado que tenía una profunda relación personal con Jesús. Pero esta Palabra de mi precioso Salvador y Señor abrió una visión completamente nueva del Corazón de Jesús. «Sí, Jesús, mucha gente se olvida de ti, ¿no es así? Y yo también, ¿con qué frecuencia me dedico a mis tareas y olvido compartirte mis problemas y pensamientos? Mientras tanto, esperas que me vuelva hacia ti; tú que me miras con tanto amor».

En mi oración, seguí procesando esas palabras. «Ahora puedo entender mejor cómo te sientes cuando alguien te rechaza, te acusa o te culpa, o no te habla durante días o incluso años». Debería llevar a Jesús mis propias penas de una manera más consciente, diciéndole: «Jesús, amado mío, tú sientes esta misma tristeza que yo estoy sintiendo. Ofrezco mi pequeño dolor para consolarte por tantas personas, incluyéndome a mí, que no logramos consolarte».

Vi de una nueva manera mi imagen favorita, Jesús con los rayos de amor de su Sagrado Corazón fluyendo, lamentándose ante Santa Margarita María: «Mira mi Corazón que ama tanto a las personas, pero recibe tan poco amor a cambio».

Verdaderamente, Jesús me regala a diario pequeñas pruebas para que pueda tener una pequeña noción de lo que Él soporta por nosotros. Siempre recordaré ese momento de agonía que me acercó al asombroso, tierno y sufrido amor de nuestro amado Señor Jesús.

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Hermana Jane M. Abeln SMIC

Hermana Jane M. Abeln SMIC is a Missionary Sister of the Immaculate Conception. She taught English and religion in the United States, Taiwan, and the Philippines and has been in the Catholic Charismatic Renewal for 50 years.

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