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Feb 06, 2019 2406 0 Patti Maguire Armstrong
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EL PODER DE LA GRATITUD PARA TRANSFORMAR EL SUFRIMIENTO

No amo mi sufrimiento. Los santos se abrazaron al suyo, incluso lo pidieron y se ganaron coronas, y aquí estoy yo evitando todo el dolor posible, aunque sigo ofreciendo todo lo que puedo porque sé que es una garantía para llegar al cielo. Sin embargo, me parece que he encontrado un camino a la santidad (sugerida por los santos y un sacerdote, quitándole aquello de querer sufrir por amor) y es que si logro apreciar todo lo que me viene a través del sufrimiento -y otras bendiciones que el sufrimiento siempre nos revela- entonces podré cosechar beneficios. Por lo tanto, la gratitud podría ser la cucharada de azúcar que ayude a digerir la medicina.

La Madre Teresa de Calcuta sabía muy bien esto cuando afirmó: “La gratitud a Dios es aceptarlo todo, incluso los problemas, con alegría.” Ella no dijo que teníamos que amar los problemas en sí mismos, sino aceptarlos con alegría. Hace muchos años, un amigo me enseñó esto después de haber perdido a su hijo y de haber compartido su historia en el libro “Amazing Grace for Families” (Increíble gracia para las familias). Después de la muerte de su amado hijo Josh, Steve Cates se sintió muy enojado con Dios. Su esposa Cathy le dijo: “Steve, no podemos estar enfadados con Dios. Piensa en el regalo que nos dio durante veintiséis años. Hemos hablado de todas las cosas buenas de Josh. Mira lo que hemos tenido.” En un instante, las palabras de Cathy atravesaron su sentimiento de enojo. Cathy continuó diciendo: “Dios no quiere que seamos agradecidos por todas las cosas; Él quiere que seamos agradecidos en todo. Sólo así podrás mirar hacia arriba, en vez de mirar hacia abajo.”

El santo Padre Pío aceptaba alegremente su propio sufrimiento, pero cuando la gente acudía a él diciéndole que querían añadir sufrimiento a sus vidas, él los instaba a parar eso explicándoles que Dios les enviaría todo el sufrimiento que necesitaran y que sólo tenían que responder con alegría y aceptación. La gratitud es una forma de estar alegres en medio de las dificultades, y me parece que ésta es una gracia de dos pasos: el primero, es ofrecer el sufrimiento que, unido a la cruz de Cristo, es capaz de responder nuestras oraciones y acercarnos más a Dios. El segundo, es dar gracias por todo. Aunque yo nunca he dicho ‘gracias por mi sufrimiento’, reconozco que hay infinidad de maneras de apreciar lo que se tiene cuando llega el sufrimiento, como el hecho de tener un techo sobre mi cabeza, comida en mi alacena, mi fe católica y las gracias que recibiré por mis sufrimientos.

ROSARIO DE GRATITUD

Durante una pasada Cuaresma, el Padre Russ Kovash, pastor de San José en Williston, Dakota del Norte, celebró un retiro llamado: “La gratitud es la virtud que nos cambia.” El Padre compartió cómo la gratitud había cambiado su vida a tal grado, que ahora agradecía a Dios por aquello de lo que solía quejarse. La transformación le había llegado ocho años atrás con el “rosario de gratitud” que le había enseñado su amiga Patty Schneier, y que a su vez se lo había recomendado un director espiritual. “Ahora no me voy a dormir sin haberlo rezado,” dijo el pastor.

La oración es muy sencilla y se realiza mediante un Rosario. Se le da gracias a Dios por cualquier cosa, desde las bendiciones más pequeñas hasta las más grandes, en cada una de las cuentas de las cinco décadas del Rosario. “Cuando nuestro corazón está lleno de gratitud,” dijo el Padre Kovash, “se producen tres frutos: sentimos una paz profunda y permanente, estamos más conscientes de las increíbles bendiciones de Dios en nuestra vida, y la mezcla de esos dos frutos dan como resultado el deseo apasionado de hacer la voluntad de Dios y construir su Reino.”

El Padre Kovash explicó que la gratitud no sólo es buena para nosotros, sino que de hecho forma parte de las exigencias de Dios. Muchos pasajes de la Escritura nos dicen que Dios nos obliga a estar agradecidos con Él, por ejemplo, 1 Tesalonicenses 5,18 afirma: «En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros.» El Padre Kovash también recordó que en la oración Eucarística que con frecuencia repetimos durante la misa, decimos: “Demos gracias al Señor, Nuestro Dios. Es justo y necesario.”

Según el Padre Kovash, rezar el Rosario de gratitud cambia toda la vida: “Ha habido muchos frutos. El simple hecho de ser consciente de lo ridículamente bueno que ha sido Dios en mi vida, me ha producido una inconmovible y profunda paz que ha dado paso a la alegría. Hoy le agradezco a Dios todas las bendiciones que hace ocho años ni siquiera le agradecía, o de las que quizás incluso me quejaba.”

 

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Patti Maguire Armstrong

Patti Maguire Armstrong is a correspondent for “Our Sunday Visitor” newspaper and the “National Catholic Register”. She is an award winning author and was the managing editor and co-author of Ascension Press’ bestselling “Amazing Grace” series. Her latest books are: "Big Hearted: Inspiring Stories From Everyday Families" and "Dear God, You Can’t Be Serious". She has appeared on EWTN, Catholic TV, Fox & Friends, and numerous radio programs across the country. Patti studied a year of journalism at University of Detroit, has a Bachelor of Arts in social work and an Master of Arts in public administration, and worked in both those fields before staying home to work as a freelance writer. She and her husband met in the Peace Corps in the Marshall Islands, Micronesia. They now live in North Dakota where they are still raising the tail end of their 10 children.

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