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Oct 20, 2018 1232 0 Fr. Andrew Hofer
Encuentro

CUANDO TUS PADRES NO APOYAN TU VOCACIÓN

La vocación religiosa otorgada a un hijo o una hija puede percibirse como una gran bendición para una familia, pero también podría percibirse como una amenaza. Si crees que Dios te está llamando a unirte a una orden religiosa y tus padres se oponen, he aquí algunas cosas que debes tener en cuenta.

¿Has escuchado las razones que tienen tus padres? antes de intentar explicarles el misterio de una vocación, permite que te digan cuáles son sus preocupaciones. estas razones podrían variar ampliamente: podrían pensar que quizás no los escuchas realmente o no los honras; quizás quieran que tengas una vida “normal” que incluya el matrimonio y los nietos que esperan tener; podrían pensar que los abandonarás y no los volverás a ver; que necesitas tener varios años de experiencia después de la universidad antes de tomar una decisión; que una comunidad religiosa está llena de personas inadaptadas o que la religión es un fraude; que estarías más feliz y más productivo haciendo cualquier otra cosa que convertirte en un religioso(a), etc.

Recuérdales a tus padres el amor incondicional que les tienes; permíteles saber que siempre serás su hijo(a) y dales el honor y la gratitud que se merecen. Santo Tomás dice: “No es posible compensar a nuestros padres con algo semejante a lo que uno les debe.” (STh II-II, q.80, a.1; cf Sth II-II q. 101). en la virtud de la piedad, siempre estarás en deuda con ellos; hazles saber eso. También hazles saber que tu amor y oración por ellos, de hecho, se acrecentará en la vida religiosa.

¿Las objeciones a una vocación religiosa se mezclan con otras preocupaciones naturales? a veces los padres podrían estar renuentes a ver a su hijo(a) crecer. actualmente, y en la sociedad occidental, la madurez toma mucho más tiempo que hace un siglo, y podría deberse a varias razones, tales como una dependencia insana del hijo(a) con sus padres o de los padres con el hijo(a). Si te unieras al servicio militar y te fueras al extranjero, ¿tus padres también se preocuparían? ¿Se dan cuenta de que aún si te comprometieras para casarte sería igual,pues, “un hombre deberá dejar a su padre y madre” (Gn 2,24)?

Pregúntales si confían en ti y respetan tus decisiones. Para entrar en el noviciado deberás demostrar prudencia. asimismo, que tus padres sepan que en una vocación religiosa se toman varias precauciones que te evitarán tomar una decisión apresurada que afecte toda tu vida. La Iglesia y la orden tienen muchas precauciones, incluyendo un tiempo considerable para ver si tu entrada en el noviciado es una vocación genuina de Dios. Cualquier joven, hombre o mujer, no pueden profesar votos solemnes –el compromiso hasta la muerte- sino hasta después de pasados cuatro años de haber entrado al noviciado, y eso no signifi ca que todo ya está arreglado; la Iglesia y la orden no lo permiten.

Déjales saber que antepones al Señor por encima de cualquier otra cosa. Quizás tú mismo aprendiste los fundamentos de la verdad a través de su fe, y ciertamente, eso es lo más grande en términos del decálogo y las enseñanzas de Jesucristo. el Señor dice: “Y todo aquel que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o hacienda por mi nombre, recibirá el ciento por uno y heredará vida eterna.” (Mt 19,29).

Permíteles experimentar algo del gozo y emoción que sientes por tu vocación religiosa. Muéstrales que tu respuesta al llamado de Dios es precisamente por la razón de tu felicidad. Tú sabes que Dios quiere que seas feliz, perfectamente feliz. Santo Tomás dice: “a aquellos que en verdad toman este yugo dulce sobre sí, Dios promete la renovación en el divino gozo y un descanso eterno para sus almas” (STh II-II, q. 189, a. 10, ad 3). Permíteles ver cómo hombres y mujeres, pudiéndose haber casado, tener familia y trabajos normales en el mundo, pueden prosperar en una vida que es un regalo especial de Dios porque Él tiene un plan mucho más grande y mucho más maravilloso que el nuestro. Por ejemplo, si entraras a formación en la Provincia de San José, normalmente podrías visitar a tu familia en los tiempos de descanso que por lo general son dos veces al año después del noviciado, y tu familia también será bienvenida en diferentes épocas del año para visitarte. Los padres de familia casi siempre se sienten unidos con los hermanos en la formación de sus hijos, y se llegan a dar cuenta de que su hijo tiene muchos, muchos hermanos. Los mismos hermanos ven con gran afecto a los padres de uno de los suyos. en cierto sentido, ¡los padres no pierden un hijo más de lo que ganan muchos, muchos hijos!

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Fr. Andrew Hofer

Fr. Andrew Hofer es Maestro de novicios de la Provincia de San José en la Casa de estudios de los Padres Dominicos en Wahsington, D.C. reimpreso con licencia de la Provincia Dominicana de San José. (www.DominicanFriars.org).

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